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En los ecosistemas naturales cada individuo tiene un horario establecido para deambular, en busca de pareja, trabajando para su especie, procurándose comida o retozando con sus congéneres.
Unos salen de día, sobre todo en el horario matutino, otros, prefieren las horas de la tarde, y muchos más, solo salen en horario nocturno, pero todos persiguen los mismos fines, que incluyen, ahorrar el máximo de energía posible, coincidir con las potenciales presas, esquivar a los temidos depredadores, y conseguir pareja sexual.
Estos comportamientos, comunes dentro del ecosistema, son provocados por múltiples factores, de los cuales, unos tienen carácter externo, como el nicho ecológico que ocupa cada individuo y las características del medio físico, mientras que otros son factores internos del organismo, que dependen de sus adaptaciones evolutivas, gravadas en sus genes, según las cuales, pueden soportar determinadas condiciones de vida, con éxito.
Uno de los elementos determinante del comportamiento animal dentro de los ecosistemas, es su capacidad de regulación de la temperatura corporal, que ha separado a los seres vivos en dos grandes grupos, los poikilotermos (de sangre fría) y los homeotermos (de sangre caliente).
Los reptiles como las iguanas, son individuos de sangre fría, o poikilotermos.
Los mamíferos, como estos báquiros, son individuos de sangre caliente, u homeotermos.
A diferencia de los poikilotermos, que dependen de las condiciones ambientales de temperatura, los individuos homeotermos son muy independientes de la temperatura ambiental, y logran calentar su cuerpo a través de mecanismos corporales que son ingeniosos e impresionante, tanto por su adaptabilidad, como por su variedad y eficiencia.
Los individuos homeotermos tienen un centro de regulación térmica, a nivel del hipotálamo, en la base del cerebro, que les permite alcanzar la homeostasis corporal, para que, en consecuencia, su desempeño en el ecosistema, sea el apropiado.
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En organismos como aves, y mamíferos, la regulación térmica corporal es vital, y todos los procesos fisiológicos ocurren a temperaturas estables, variando de acuerdo a la especie, y para que a Uds., amables lectores, les sirva de referencia, en humanos, el estado de conciencia y las reacciones metabólicas, ocurren a una temperatura corporal de 37°celsius, recordandoles que un aumento (hipertermia), o una disminución (hipotermia), o estados febriles, pueden generar convulsiones, la pérdida de conciencia, y hasta la muerte.
A medida que los seres vivos envejecen, ocurre un deterioro sensorial, y con ello, pierde efectividad el proceso de termorregulación, disminuyendo la capacidad de termogénesis intracorporal.
Veamos algunos casos:
Las aves tienen una temperatura corporal estable que oscila entre los 40 y los 42 grados celsius, y la termogénesis de estos hermosos animales depende de la energía liberada a partir de los alimentos, durante las reacciones metabólicas de la respiración celular, que se ven favorecidas en su eficiencia, gracias al desarrollo de un corazón de cuatro cámaras, y a un excelente sistema de incorporación de aire, por las vías respiratorias.
La generación de calor corporal por parte de las aves se hace más eficaz por la presencia de una capa de grasa a nivel subcutáneo y por el abrigo que les proporcionan las plumas, protegiéndolas del excesivo calor o frío.
Estos mecanismos de termorregulación permiten a las aves estar activas durante todo el día en los ecosistemas, adaptándose a lugares con climas extremos.
Algunas especies de aves rapaces (búhos y lechuzas), y los alcaravanes, se han adaptado a la vida nocturna, pero no por temor a la radiación solar, sino por especialización alimenticia, en su rol de depredadores.
Grandes roedores, como las lapas, que son animales de sangre caliente, y toleran bien las condiciones ambientales existentes durante el día, prefieren salir a caminar durante la noche, cuando aprovechan para alimentarse, copular, y socializar con sus compañeros de población, al amparo de la oscuridad, o de la luz de la luna y las estrellas.
Las lapas, otros roedores, y muchos mamíferos, prefieren la vida nocturna para evitar a los depredadores, para lo que se valen de una excelente visión, gracias a la capa reflectante que tienen sobre la retina, denomina tapetum lucidum, que amplifica la minina fuente de luz que penetre su sistema óptico.
Durante el día, permanecen en nidos, protegidos por pastizales, o en madrigueras elaboradas por animales como el cachicamo, donde guardan alimentos, paren y crían a sus descendientes.
Su adaptabilidad al ambiente donde habitan es de tal complejidad, que, si la temperatura ambiental tiene oscilaciones importantes, el cuerpo de los roedores tiene mecanismos que le permiten regular su temperatura corporal.
Mis amigos campesinos se aprovechan de los hábitos nocturnos de las lapas, para cazarlas durante el día, con la ayuda de los perros.
La temperatura corporal de las lapas, ratas y otros roedores, medida con un termómetro infrarrojo, oscila entre los 36 y los 38,5 grados celsius, de modo que, si la temperatura ambiental está por encima o por debajo de estos rangos, se activan mecanismos que permiten su regulación para que la temperatura corporal del animal se mantenga estable, y no afecte su comportamiento dentro del ecosistema.
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Entre esos mecanismos destaca, la dilatación o contracción de los vasos sanguíneos, el aumento o disminución de la respiración y el ritmo cardíaco, la piloerección, la producción de sudor y la producción de grasa corporal.
Existe en las lapas, una estrategia contra el frio excesivo de la noche, que consiste en la presencia de una capa subcutánea de grasa, blanquecina, de unos tres cm. de ancho, que actúa como aislante corporal, contra los cambios ambientales, permitiéndolo soportar los climas extremos del bosque xerófito (ejemplo: Copeyal, Edo Lara) y de la selva nublada (ejemplo: Yacambú, Edo Lara).
Los mecanismos de termorregulación en individuos homeotermos son tan eficientes que las especies que conforman las clases Aves y Mamíferos, del Filo Cordados, del Reino Animalia, no necesitan exponerse a la radiación solar, para calentar sus cuerpos, y son la clave para evitar el estrés térmico.
Bibliografías sugeridas:
Control central de la temperatura corporal y sus alteraciones: fiebre, hipertermia e hipotermia
FUENTE
La temperatura de las aves
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Estrés térmico en aves
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Muchas gracias por visitar mi blog.
Ali Riera
Todas las fotografías fueron tomadas con un equipo celular Xiaomi Redmi 6, y son propiedad de @aliriera.
Su post ha sido valorado por @ramonycajal
Buenos días. Muchas gracias a @ramonycajal y a los miembros del equipo de curación del proyecto Cervantes por respaldar mi publicación. aliriera
I can see the lovely picture and for you to get this pictures it takes alot of technicalities and time lovely birds @aliriera
No hay tanto tecnicismo. Viajo mucho al campo. Si uno se esconde bien y espera sin hacer ruido, los animales silvestres, incluidas las aves, se posan tan cerca que quedan al alcance de la cámara del equipo celular. Gracias por sus comentarios. aliriera
Realmente amo esas fotos estoy feliz de haberte encontrado aquí Amo la naturaleza y los animales
Muchas gracias por sus comentarios. aliriera
Es un placer querido amigo @aliriera
Am happy I meet you, I will always cheek on you here @aliriera
Estoy feliz de conocerte, siempre te miro aquí @aliriera
You are from Venezuela 🇻🇪?
Así es, venezolano. aliriera
Deseo estar alli algun dia @aliriera
Todo es posible, con empeño. aliriera
Tienes mucha razón si uno determina que seguramente obtendrás el resultado, gracias por el voto positivo y comentar en mi blog espero ver más de ti @aliriera
Muy buen post y muy buenas imágenes
Muchas gracias por sus comentarios. aliriera