Un saludo cordial a todos los miembros de la prestigiosa comunidad HIVE.
La vida se sostiene de algunos elementos que son fundamentales, como las proteínas, grasas y carbohidratos, además del agua, oxígeno y elementos minerales.
Los procesos metabólicos básicos, son similares en individuos eucariotas y procariotas, destacando que es la célula, con todos sus organelos citoplasmáticos y el material genético presente en el núcleo, la encargada de dirigir todo el proceso de crecimiento y reproducción de los seres vivos, y con ello, su preservación como especie.
Mucha de la materia orgánica necesaria para mover el ciclo del carbono, y con este, todos los procesos biogeoquímicos que permiten la vida, procede de las excreciones de los seres vivos, que por lo general generan repulsión en los seres humanos, por la simple observación.
Excremento de un perro.
Excremento de un caracol africano.
Eso, quizás sea lo que genere en Uds., algunas de las fotos que le tengo que mostrar para respaldar mi exposición.
Como productos finales del metabolismo celular de todos los seres vivos, se producen, entre otros elementos, el sudor, gases, como las flatulencias y el dióxido de carbono, la orina, y, por supuesto, las heces fecales, elementos que en su mayoría son reciclados y pasan a formar parte de la atmósfera, la hidrósfera y la litósfera.
Materia fecal de un perro, visitada por una mosca verde azulada (Diptera).
Materia fecal degradada por los descomponedores e incorporada al suelo.
Poco nos gusta hablar de las excreciones y sus variadas formas, pero su importancia es tan preponderante, que representa una de las fuentes de energía más importantes de la naturaleza, ya que es asimilada por muchos organismos, en forma de alimento, y luego, degradada a través de las reacciones metabólicas del Ciclo de KREBS, en los organismos aeróbicos, para liberar la energía encerrada entre los enlaces del átomo de Carbono.
Deyecciones de un sapo.
Heces semisólidas de una Iguana.
Muchos insectos voladores obtienen sales minerales y agua, a partir del sudor, mucosidad, lagañas y otras excreciones de los animales superiores.
Algunos tipos de hormigas, aprovechan los restos orgánicos de cadáveres, y frutas descompuestas, para alimentarse y proveerle a sus organismos, los necesitados aminoácidos, carbohidratos y grasas que les permitan crecer, y reproducirse.
Muchos organismos omnívoros, oportunistas, hacen lo mismo que las hormigas carnívoras, alimentándose de materia orgánica descompuesta, heces fecales y hasta de restos de cadáveres que abandonan los depredadores.
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Las heces fecales de los grandes herbívoros tienen muchos nutrientes, debido a las deficiencias digestivas de los rumiantes, que deben repasar el bolo alimenticio, para aprovechar el máximo de la energía contenida en los vegetales, y, aun así, expulsan las cagarrutas, bosta o heces, con gran cantidad de semillas, frutos y partes vegetales, con gran potencial nutricional.
Las heces de los roedores, lagomorphos, cérvidos y báquiros, en forma de pequeñas cápsulas, contienen restos vegetales que son consumidos por peces, aves, e insectos, los cuales terminan de extraer la energía del sol, que se traslada a través de las cadenas alimenticias.
Las heces de los herbívoros, de origen vegetal, carecen de olor nauseabundo, a diferencia de las heces de los animales carnívoros, depredadores, que basan su dieta en los cadáveres, ricos en proteínas de origen animal, que desprenden gases sulfurosos, desagradables a nuestro sentido del olfato, pero muy apetecido por individuos carroñeros.
Estas heces fecales, tanto la de los herbívoros, como las de los carnívoros, sirven de sustrato para la eclosión y posterior desarrollo de las larvas de artrópodos, que se alimentan de su contenido proteico, asimilando, además, los carbohidratos y grasa presentes.
Dadas las características actuales de la vida de los seres humanos, hablar de alimentarse a partir de heces fecales es algo inaceptable, pero de seguro, en algún momento de nuestra historia, esa materia de desecho, pudo haber formado parte de nuestra dieta, sobre todo, las heces fecales de los herbívoros.
El consumo de heces fecales y otros subproductos metabólicos, tiene sus riesgos, especialmente, por la posibilidad de consumir parásitos que generan enfermedades graves al organismo humano, tal como pasa con los animales silvestres y muchas mascotas, que, en situaciones de apremio, consumen deyecciones que pueden venir contaminadas con nematelmintos, y microorganismos parásitos.
Es un hecho definitivo, que toda la materia orgánica que se encuentra en el ambiente, es reciclada por organismos descomponedores, y en breve tiempo ya no la vemos, porque pasa a ser parte del suelo, del agua o del aire, y más probablemente, pasa a ser parte del cuerpo de los seres vivos.
Ali Riera
Todas las fotografías son propiedad del autor.
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