El secreto
Él está muy agitado con lo que acaba de hacer, la conciencia lo carcome y necesita desahogarse con alguien. Siente que el peso de la culpa lo asfixia.
Susurros nocturnos recriminan lo que hizo, no puede pegar los párpados sin que la voz en su interior le diga, «no debiste hacerlo». Las horas pasan, y medita mientras el arrepentimiento se apodera de él.
Observa la cama contigua, titubea, pero no aguanta más y jalonea la pijama del camarada. Con sobresalto, el hermano mayor despierta apretujando los ojos. Protesta ante el joven dos años menor que él.
No aguanta más y le cuenta todos los pormenores de lo hecho, le pide consejo y que guarde silencio hasta que resuelva el entuerto que causó. La mirada inquisidora atiza el fuego de la culpa que siente, pero al menos, aspira que la conciencia cese.
Ambos vuelven a la cama, y por fin logra dormirse.
Los ojos le pesan y entre borroso, ve la cara amarga de su padre. Intuye enseguida al ver a su hermano al lado de su madre al borde de la puerta, que lo ha traicionado.
Aprendió en casa que un secreto solo es secreto, si te lo reservas; y que para no sufrir de remordimientos, es mejor evitar situaciones embarazosas prosiguiendo por el camino correcto.
Fin
Una micro ficción original de @janaveda
Imagen de PublicDomainPictures en Pixabay
