Un lugar donde quedarse
Iban heridos, pero la herida no la llevaban en el cuerpo, sino en el alma. Se detuvieron un rato en una plaza y miraron de un lado a otro: ¡¡¡Estaban tan lejos de casa!!! ¿Volver? ¿A dónde? Si ya habían perdido todas las armas y aunque les costara admitirlo, solo dejaban atrás un puñado de nostalgias. Se levantaron sin mucha fuerza, con la cabeza baja, y sintieron que todas sus energías, por primera vez, los abandonaban. ¿Cómo habían llegado a esto? se preguntaron entre ellos, tratando de mantener la calma. ¿Cómo habían permitido que todo lo que tenían, de a poquito, lentamente o de la noche a la mañana, sin mucho esfuerzo, se los quitaran; y ahora se habían quedado sin un pedazo de tierra que sirviera de cuna, de refugio, de última morada: en fin, un lugar a donde quedarse cuando la vida terminara. Pero, siguieron adelante, aunque sintieran que más de una vez les cerraban las puertas en la cara, manteniéndose inquebrantables, agradecidos y hasta con un nudo en la garganta. Siguieron avanzando, por todas partes, buscando dónde echar raíces y sembrar las esperanzas.
Yuuuuupi, emocionada y agradecida por vuestro apoyo, amigo @sancho.panza!!! Un millón de gracias a ustedes los del proyecto @cervantes