Días de calor agobiante en España, días en los que solo apetece comer cosas ligeras y beber cosas fresquitas. Ejemplo perfecto para cenas de verano son esos vinos blancos que entran genial y que pegan con casi cualquier cosa.
En este caso el Ribeiro Samoniso de la Bodega Alanís, una bodega que se está dentro de la D.O. Ribeiro y que relación calidad precio está genial. Es un blanco elaborado a partir de uvas Palomino y Torrones, con un color amarillo con reflejos verdosos y un sabor muy afrutado con un toque cítrico final que lo hace genial para cualquier entrante suave y, por supuesto, para cualquier marisco o pescado, comida tan recurrente en estos veranos, sobretodo cerca de la costa, donde el pescado fresco es un producto muy accesible.