Versión en español
La Isla de la Fantasía
El sábado, luego de dos horas y media de vuelo, el avión aterriza sobre la pista principal del aeropuerto, cuyo aspecto solo recuerda haber visto en documentales y antiguas películas en blanco y negro. Al menos, así le pareció al bajar la escalera del avión.
Cumplido el control aeroportuario y los trámites aduanales, la comitiva embarca en los autobuses con rumbo al principal complejo turístico de la paradisiaca isla. Él observa a través de la ventanilla, nota una carretera libre, solo un antiguo vehículo rompe la monotonía, concluye, estoy en un sitio congelado en el tiempo.
No han pasado veinte minutos cuando cruzan el pórtico blanco del gran hotel, mientras bajan los músicos ataviados con ropa playera interpretan melodías alegres justo al lado de la entrada a la recepción. Los mesoneros les ofrecen bebidas espirituosas adornadas con trozos de limón. Él se siente como uno de los invitados a la isla de la fantasía, observa alrededor en busca de Tattoo, pero no lo halla.
Luego de instalarse en la amplia habitación, viste el bañador y con toalla en mano, sale apresurado hacía el área de playa. Le impresiona el hermoso contraste de la blanca arena con el azul claro del agua. Camina hacia la orilla, el contacto con la frialdad del mar lo repele, cambia de opinión, decide caminar por la playa pero lo abruma la soledad de la misma, apenas ve un par de parejas echadas al sol en un panorama fundido con el horizonte. No tarda mucho en regresar a la habitación.
El domingo muy temprano él a borda, en las afueras del hotel, el autobús turístico de dos niveles descapotado para dar un paseo por el pueblo, desde la parte alta del mismo, toma fotografías al paisaje marino, a los campos de golf y los muchos complejos hoteleros, charla amenamente con sus compañeros de comitiva, los chismes vuelan, la noticia principal entre ellos, es el hurto de cámaras, un descuido de quienes se excedieron en la bebida de licor la noche anterior.
La única parada fue en el área de venta de artesanía y souvenirs, nota una gran soledad, pregunta por alguien que atienda, al rato una mujer de mediana edad sale al encuentro desde el interior de la tienda, y con desgano da los buenos días. Él observa las piezas y pregunta por el precio de una, le parece caro y pide una rebaja, la mujer sonríe y contesta que es imposible, ella no es la dueña de la tienda. Él pide hablar con el dueño, ella vuelve a sonreír de nuevo y responde en tono sarcástico, el dueño es el presidente.
La confirmación retumba en su mente, es cierto el rumor, la isla de la fantasía es del presidente y parece ser de su uso exclusivo, en donde no se ve libertad.
Fin
Una micro ficción original de @janaveda
English version
The Island of Fantasy
On Saturday, after two and a half hours of flight, the plane lands on the main runway of an airport, whose appearance only remembers having seen in documentaries and old black and white films. At least that was how it seemed as he descended the plane ladder.
Once the airport control and customs procedures have been completed, the delegation embarks on buses to the main tourist complex on the paradisiacal island. He looks through the window, he notices a free road, only an old vehicle breaks the monotony, he concludes, I am in a place frozen in time.
Not twenty minutes have passed when they cross the white portico of the large hotel, while musicians dressed in beach clothes perform happy tunes right next to the entrance to the reception as they descend. Waiters offer spirits garnished with lemon wedges. He feels like one of the guests on the island of fantasy, he looks around for Tattoo, but he can't find him.
After settling into the spacious room, he wears his swimsuit and with a towel in hand, he rushes out to the beach area. You are struck by the beautiful contrast of the white sand with the clear blue of the water. He walks towards the shore, the contact with the coldness of the sea repels him, he changes his mind, decides to walk along the beach but is overwhelmed by its solitude, he just sees a couple of couples lying in the sun in a panorama fused with the horizon. It doesn't take long to get back to the room.
On Sunday very early he on board, outside the hotel, the open-top two-level tourist bus to take a walk around the town, from the top of it, takes pictures of the seascape, the golf courses, and the many hotel complexes, he chatted pleasantly with his companions in the entourage, gossip flies, the main news among them is the theft of cameras and oversight of those who overindulged in drinking liquor the night before.
The only stop was at the handicrafts and souvenirs sale area, he notices great loneliness, he asks for someone to attend, after a while a middle-aged woman comes out to meet him from inside the store, and reluctantly says good morning. He looks at the pieces and asks for the price of one, it seems expensive and asks for a discount, the woman smiles and answers that it is impossible, she is not the owner of the store. He asks to speak to the owner, she smiles again and responds in a sarcastic tone, the owner is the president.
The confirmation echoes in his mind, the rumor is true, the fantasy island is the president's and seems to be for his exclusive use, where freedom is not seen.
The end.
An original drabble by @janaveda
Posted on Twitter
Muy bueno. Me llamó la atención el detalle de Tattoo, un guiño a otras épocas, seguramente que ese personaje pasará desapercibido para la mayoría de los amigos de este vecindario. Es impresionante la capacidad que tiene el poder de someter a poblaciones enteras. Felicitaciones. Abrazos.
Gracias @irvinc. Si mi amigo es impresionante como someten a pueblos y naciones enteras, no solo en las islas. Cualquier parecido con la realidad es pura casualidad.