Back to the countryside

De vuelta al campo

Regresé este fin de semana a Pinar del Río, visita obligada de mi familia cada mes, con la diferencia de que no habíamos vuelto desde finales de año.

Esta vez tuvo un doble significado, mezcla de alegría y tristeza: el cumpleaños de mi hija menor, que no vive en Cuba, su primer cumpleaños sin nosotros y el aniversario de la muerte de su abuela, la madre de mi esposo.

La vida a veces no es fácil y nos pone en situaciones difíciles, pero el amor de la familia siempre está presente.

Visitar el campo significa llenarse de energía, respirar aire puro y apreciar la belleza que ofrece la naturaleza.

Los días son frescos pero, al mismo tiempo, agradables. Nos sorprendió el cambio de tiempo, que trajo precipitaciones mínimas pero temperaturas bajas.

Los árboles con sus hojas secas o sin ninguna, otros empezando a florecer y muy pocos ya empiezan a dar frutos, otro ciclo vital de las plantas.

Nuestros anfitriones mantienen el patio lleno de variedades de plantas, flores y especialmente Orquídeas para las que esta época del año suele ser favorable.

Aunque en otra ocasión que fui a Pinar del Río escribí sobre otras maravillas del campo, no puedo resistirme a la idea de lo que vi en esta ocasión sobre estas cuatro orquídeas que les muestro. Seguro que estarán de acuerdo conmigo en que son preciosas.

La Cattlella también floreció. El comienzo del año y las temperaturas frías son agradables para que florezcan las Orquídeas.

Dentro del patio también encontré una planta de Piña Tropical, una de las más abundantes en Cuba, creo que nació allí por casualidad.

En estos momentos en Cuba se habla mucho de autoconsumo. Los campesinos buscan alternativas para su alimentación. En otras ocasiones no vi esa cantidad de aves de corral en los patios, por eso esta vez me sorprendió ver esas gallinas jóvenes, gallos y pollitos.

Me pasé horas observándolos e intentando hacer algunas fotos, que al principio me parecieron imposibles porque se movían mucho, pero finalmente, pude hacerlas. Cada gallina con sus polluelos, muy lindos y diversos, se pasan horas escarbando el suelo en busca de su comida, bichos, semillas, etc.

Por supuesto, siempre se les proporciona en diferentes momentos del día maíz y pienso para su crecimiento, pero viven y se alimentan de lo que escarban en el suelo.

El pollo criollo sabe mucho mejor que el criado en granjas y vendido en los mercados. Un fricasé de pollo criollo es para chuparse los dedos, al igual que la sopa.

Me pasé el tiempo intentando fotografiar al gallo padre en el patio. Fue un reto, y creo que se sintió molesto con mi presencia, a pesar de que no paraba de cantar a diferentes horas del día.

Pero como he aprendido sobre este tipo de fotos, tengo que ser muy paciente. Creo que al final conseguí un buen retrato del gallo. Una de las gallinas se convirtió en mi modelo y se dejó fotografiar de cerca con mi móvil.

Cuando empezó a caer la tarde las gallinas se tumbaron y empezaron a juntar a sus pollitos debajo de ellas, para darles calor y protegerlos del frío, los pollitos se acomodan para que nadie se quede fuera, la naturaleza tiene cosas bonitas como esta.

No es de extrañar que mi hija Nanixxx anhele tanto poder pasar los días en ese lugar donde de niña era tan feliz, corriendo descalza por aquellos campos, montando a caballo, bañándose en el río o en la presa y jugando con sus primos y primas y disfrutando de las deliciosas comidas que les preparaba su abuela. El campo ofrece una vida sana y alegre que a menudo falta en la ciudad.

Al amanecer del lunes, sentimos una agridulce mezcla de emociones y emprendimos el camino de vuelta a casa.

I returned this weekend to Pinar del Rio, a must-visit for my family every month, with the difference that we had not been back since the end of the year.

This time had a double meaning, a mixture of joy and sadness: my youngest daughter's birthday, who does not live in Cuba, her first birthday without us and the anniversary of the death of her grandmother, my husband's mother.

Life is not easy at times and puts us in difficult situations, but the love of the family is always present.

Visiting the countryside means filling with energy, breathing fresh air and appreciating the beauty offered by nature.

The days are chilly but, at the same time, pleasant. We were surprised by a change in the weather, which brought minimal rainfall but low temperatures.

The trees with their leaves dry or without any, others starting to bloom and very few are already beginning to bear fruit, another life cycle of the plants.

Orquídea Dendrobium


Spider-orchid	Epidendrum radicans	Spider-orchid

Our hosts keep the yard full of varieties of plants, flowers and especially Orchids for which this time of the year is usually favourable.

Although I wrote about other wonders of the countryside, at another time when I went to Pinar del Rio, I can not resist the idea of what I saw on this occasion about these four orchids that I show you. Surely, you will agree with me that they are beautiful.

Cattlella is also in bloom. The beginning of the year and the cold temperatures are pleasant for the Orchids to bloom.

Inside the yard, I also found a bush of Tropical Pineapple, one of the most abundant in Cuba, I think it was born there by chance.

At this time in Cuba, there is a lot of talk about self-consumption. The peasants are looking for alternatives for their food. On other occasions I did not see that amount of poultry in the backyards, so this time I was surprised to see these young hens, roosters and chicks.

I spent hours watching them and trying to take some pictures, which at first seemed impossible because they moved a lot, but finally, I was able to take them. Each hen with her chicks, very cute and diverse, spends hours digging the ground looking for their food, bugs, seeds, etc.

Of course, they are always provided at different times of the day with corn and feed for their growth, but they live and feed on what they dig in the ground.

The Creole chicken tastes much better than the one raised on farms and sold in the markets. A finger-licking fricassee of creole chicken as well as the soup.

I spent time trying to photograph the father rooster on the patio. It was a challenge, and I think he felt annoyed with my presence, even though he did not stop singing at different times of the day.

But as I learned about this type of photo, I have to be very patient. I think I managed to get a very nice rooster portrait in the end. One of the hens became my model and allowed herself to be photographed close by my cell phone.

When the evening began to fall the hens lay down and began to gather their chicks under them, to give them warmth and protect them from the cold, the little chicks are accommodated so that no one is left out, nature has beautiful things like this.

No wonder my daughter Nanixxx longs so much to be able to spend days in that place where as a child she was so happy, running barefoot through those fields, riding horses, bathing in the river or the dam and playing with her cousins and cousins and enjoying the delicious meals her grandmother prepared for them. The countryside offers a wholesome and joyful life that is often missing in the city.

As Monday dawned, we felt a bittersweet mix of emotions, and made our way back home.

_{All images are my property

Translated with DeepL.com (free version). I also used Grammarly to improve my writing.}