Por qué quejarnos no es una buena idea / Why venting about our problems doesn't always benefit us (SPA/ENG)

in Holos&Lotus2 months ago

source



Todos se quejan sobre el clima, pero nadie parece hacer nada al respecto. - Willard Scott



Buenas noches, querido lector. Permíteme preguntarte algo: ¿Alguna vez has tenido la necesidad de quejarte constantemente de tus problemas?

Viene siendo cada vez más cultural en los tiempos que vivimos. Pandemias, inflación, el elevado costo de la vida. Hay mucha tela que cortar y mucho que lamentar.

En post anteriores hablábamos sobre la importancia de metabolizar nuestras emociones de modo que no nos abrumen. Una de las técnicas recomendadas por la ciencia era precísamente hablar de nuestros sentimientos pero muchas veces nos hemos encontrado con personas que todo lo que hacen es quejarse sin hacer nada respecto a sus propios problemas. Tal parece que hay un problema de fondo.

¡Vamos a quejarnos!

De alguna manera se normalizado mucho más. En tiempos no muy lejanos, recuerdo que estaba particularmente mal visto el quejarse, más aún sobre temas privados. Hoy es considerado una muestra de valentía. En parte, con razón, porque ser vulnerable en un mundo cada vez más narcisista podría exponerte a un terrible bullying. El problema viene cuando lo hacemos una costumbre.

El Doctor y psiquiatra de Harvard, Aloj Kanojia nos explica que es muy importante hablar de nuestros problemas en consulta. Lo que busca el profesional de la salud al animarnos a quejarnos con pasión, es descomprimir esas emociones acumuladas que nos hacen perder una perspectiva sana de nuestra vida, del mismo modo que no estamos pensando con claridad cuando estamos muy tristes o enojados.
Una vez que hemos hecho esto, entonces estamos en posición de recibir algunas soluciones. Algunas prácticas para poder enfrentar nuestros problemas y terminar con ellos, de modo que no nos atormenten más.

¿Qué sucede entonces con aquellos que se quejan sin parar?

Pues bien, el precísamente tener una herida o sentir dolor, es lo que nos hace reparar en lo que nos está haciendo daño y buscar una solución. Cuando descomprimimos mucho nuestras emociones nos sentimos mejor y de repente ya no tenemos tantas ganas de resolver nuestros intimidantes problemas, así que nos vamos corriendo alegremente a que nos vuelvan a lastimar.

Se piensa que esta práctica la aprendimos cuando somos chicos porque no tenemos la potestad de hacer nada respecto a las cosas que nos molestan. Así, se forma un hábito perjudicial del que luego es complicado desatascarnos porque encima, estamos entrenando nuestra mente a buscar siempre cosas que de qué quejarse para poder sentirse mejor, lo que implica que estaremos constantemente sobrecargados y de mal humor.

¿Cómo saber si necesito aprender a dejar de quejarme?

Nota aquellos momentos en que tengas ganas de quejarte o lamentarte sobre algo. ¿Tiendes a hacer algo al respecto en el momento en que lo haces? Si la respuesta es no, entonces probablemente tengas ese mal hábito encima haciéndote estragos.

Lo más importante para salir de un mal hábito es observarlo primero. Me ha ayudado muchas veces, e incluso actualmente he dejado de tomar café porque simplemente me di cuenta que me alteraba de un modo que no me agradaba. Desde luego, eso debe practicarse también junto a la tolerancia a la incomodidad. Mientras más estés aproximado a la idea de que la incomodidad no es el fin del mundo, más dispuesto estarás a meterte en problemas contigo mismo para lograr una mejoría completa.

Para más información sobre tener atención respecto a nuestros malos hábitos para desactivarlos, puedes ver este post:

Desmotivarse para lograr el éxito

Un placer compartir contigo una vez más, estimado lector. Te deseo que cada día puedas ser partícipe de la increíble vida que te rodea.

¡Un saludo!

source



Everyone complains about the weather, but no one seems to do anything about it. - Willard Scott



Good evening, dear reader. Let me ask you something: Have you ever had the need to constantly complain about your problems?

It is becoming more and more cultural in the times we live in. Pandemics, inflation, the high cost of living. There is a lot of cloth to cut and a lot to regret.

In previous posts we talked about the importance of metabolizing our emotions so that they do not overwhelm us. One of the techniques recommended by science was precisely to talk about our feelings, but many times we have encountered people who all they do is complain without doing anything about their own problems. It seems there is an underlying problem.

Let's complain!

Somehow it became much more normalized. In times not too distant, I remember that complaining was particularly frowned upon, even more so about private issues. Today it is considered a sign of bravery. Partly, rightly so, because being vulnerable in an increasingly narcissistic world could expose you to terrible bullying. The problem comes when we make it a habit.

Harvard Doctor and psychiatrist, Aloj Kanojia explains to us that it is very important to talk about our problems in consultation. What the health professional seeks by encouraging us to complain passionately is to decompress those accumulated emotions that make us lose a healthy perspective on our life, in the same way that we are not thinking clearly when we are very sad or angry.
Once we have done this, then we are in a position to receive some solutions. Some practices to be able to face our problems and end them, so that they do not torment us anymore.

What then happens to those who complain non-stop?

Well, precisely having an injury or feeling pain is what makes us notice what is hurting us and look for a solution. When we decompress our emotions a lot we feel better and suddenly we no longer have so much desire to solve our intimidating problems, so we happily run off to be hurt again.

It is thought that we learned this practice when we were children because we do not have the power to do anything about the things that bother us. Thus, a harmful habit is formed that is then difficult to get rid of because on top of that, we are training our mind to always look for things to complain about in order to feel better, which means that we will be constantly overloaded and in a bad mood.

How do I know if I need to learn to stop complaining?

Notice those moments when you feel like complaining or lamenting about something. Do you tend to do something about it the moment you do it? If the answer is no, then you probably have that bad habit taking its toll on you.

The most important thing to break a bad habit is to observe it first. It has helped me many times, and I have even currently stopped drinking coffee because I simply realized that it upset me in a way that I did not like. Of course, this must also be practiced along with tolerance for discomfort. The closer you are to the idea that discomfort is not the end of the world, the more willing you will be to get into trouble with yourself to achieve complete improvement.

For more information about paying attention to our bad habits to deactivate them, you can see this post:

Demotivate yourself to achieve success

A pleasure to share with you once again, dear reader. I wish you that every day you can be a participant in the incredible life that surrounds you.

All the best!