La palabra semanal: VENENO

in Literatos10 months ago

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   La palabra de esta semana nos llega con cierto retraso, dentro de una caja envuelta en papel de regalo, como si se tratara del más caro perfume. Tras romper el papel y destapar la caja, observamos un frasco pequeño, cuya etiqueta nos presenta el dibujo de una calavera acompañado de una advertencia: “Consuma en pequeñas dosis”. Revisamos por segunda vez el remitente, en busca del portador de tan buenas intenciones, pero no existe dirección ni nombre en el apartado; solo está relleno el destinatario, escrito con bella caligrafía y una curiosa dedicatoria: “Para que conquistes el amor de tu vida”.

   Veneno proviene del latín venenum, que significa “Droga en general”, “Veneno, ponzoña”, “Poción, filtro mágico, brebaje, tósigo”, “tinte, tintura”. Este a su vez deriva de venus, -eris, nombre que los romanos dieron a la diosa de la belleza, madre de Cupido, y de los Amores y también de Eneas, mejor conocida como Afrodita; aunque dicha palabra también significa “Encanto, gracia, belleza, amabilidad”, “El amor”, “El objeto amado”, “El dado de más suerte (en el juego de dados)”. Más tarde, el término se transformó en venino, sin perder su significado, hasta convertirse en la palabra que conocemos y usamos actualmente en nuestra lengua.


Sleeping Venus │ Giorgione (1478–1510)

   La relación entre esta palabra y el amor, surge en la antigua Grecia, debido a los alquimistas de la época, quienes preparaban brebajes o pociones a los que llamaban aphrodisiakós, que servían para devolver al hombre su vigorosidad.

   Tras el cambio de nombre a los dioses griegos por parte de los romanos, Afrodita pasó a ser conocida como Venus, y el famoso aphrodisiakós se transformó en venenum. Con el tiempo, se denominó de esta forma a cualquier tipo de sustancia con fines medicinales, pero algunas eran nocivas para la salud, por lo que se diferenciaban de la siguiente manera: venenum bonum (veneno bueno) y venenum malum (veneno malo).

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   El escritor Javier del Hoyo, en su elocuente libro “Etimologicón”, nos cuenta una curiosa anécdota respecto al uso de estas pócimas.

   Por allá en el siglo XVI, el rey Fernando el Católico estaba preocupado porque no podía embarazar a su joven esposa Germana de Foix, una adolescente de dieciocho años, con la que se había casado tras la muerte de su anterior compañera, la reina Isabel de Castilla.

   El rey aragonés, necesitaba embarazarla para obtener los derechos dinásticos sobre el reino de Nápoles, pero a sus sesenta y cuatro años, cometer dicha empresa era difícil. Desesperado, aceptó de buena gana la propuesta realizada por una criada de Germana, quien le ofreció un afrodisíaco preparado con semen de toro como principal ingrediente. Fernando se tomó dicha pócima y murió envenenado; aunque otras fuentes aseguran que murió de hidropesía, condición que sufría desde hace tiempo.

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   Retomando el hilo anterior, descubrimos que al pasar los años, se volvió a emplear el término afrodisíaco para aludir a los brebajes que ayudan en el acto sexual, se adoptó la palabra fármaco para referirse a los medicamentos y veneno quedó para definir “Cualquier sustancia que, introducida en el cuerpo o aplicada a él en poca cantidad, le ocasiona la muerte o graves trastornos”, siendo esta última definición la proporcionada por el “Diccionario de la lengua española” de la RAE.

   Existen muchos tipos de venenos, procedentes en su mayoría de plantas o animales. Sin embargo, los más conocidos y consumidos en nuestra época, son el café, el tabaco, el alcohol y otras drogas, legales o ilegales, que también nos matan lentamente.

   Aunque hay individuos que pueden pasar su vida entera consumiéndolas y mueren a los setenta u ochenta por causas no relacionadas con la salud, como por ejemplo, un accidente de coche. Esto sucede gracias al mitridatismo: “Resistencia a los efectos de un veneno, adquirida mediante la administración prolongada y progresiva del mismo, empezando por dosis inofensivas”.

   Por esta razón, no es de extrañar que nos encontremos en el camino con personas que viven guardando rencor, alimentándose de la envidia o recargados de culpas, y aun así parecen estar bien. No obstante, nada envenena más el alma que dichos sentimientos, los cuales, tarde o temprano conllevan al peor de todos: el odio hacia el prójimo o hacia uno mismo.

   Gracias a los toxicólogos, expertos en esta materia, muchos venenos tienen su antídoto. Para casos como el del párrafo anterior, sin ánimos de caer en la autoayuda, la cura sería el amor, que conlleva al perdón y nos libera de cargas innecesarias.

   Sin duda, uno de los venenos más conocidos en la literatura universal, es el que terminó con el sufrimiento de nuestra querida Emma Bovary, quien ya estaba intoxicada con grandes dosis de realidad, hasta el punto de optar por quitarse la vida. Una pérdida que a pesar de los años seguimos lamentando, por lo que continuamente volvemos al inicio de la novela para acompañarla en su viaje agridulce por este laberinto que es la vida.

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Referencias:

• Real Academia Española. (1992). Diccionario de la lengua española (21a ed.).

• BIBLOGRAF, S. A. (1972). Diccionario Ilustrado SPES, Latino-Español / Español-Latino (9na ed.).

• BIBLOGRAF, S. A. (1996). Diccionario Básico VOX, Latino-Español / Español-Latino (12ma ed.).

• Corominas, J. (3ra.). (1987). Breve Diccionario Etimológico de la Lengua Castellana. Gredos, S. A.

• Del Hoyo, J. (1era.). (2013). Etimologicón. ARIEL.

• AA. VV. (1965). Monitor. Enciclopedia salvat para todos. Salvat, S. A. de Ediciones.

• Wikipedia. Fernando II de Aragón.

Diseño:

  • Photoshop CS6

Recursos gráficos:

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Libro.

Estantería de libros.

Pergamino.

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El veneno como las drogas, alcohol, cigarros son los mas brutales a la hora de envenenarnos porque va matando a la persona lenta y dolorosamente. Quiza no se de cuenta al principio, pero con el paso de los años empiezan a aparecer los sintomas que se agravan cada dia mas y no me imagino lo dificil que puede llegar a ser dejar esas adicciones, la abstinencia dicen que es muy dolorosa y terrible por eso mejor evitarlo jeje

El veneno tambien puede estar en los sentimientos como bien dices, todos alguna vez hemos sentido rencor, pero ¿cuanto poder le damos? ahi viene la diferencia, si te dejas envenenar o no.

Las palabras tambien pueden ser venenosas, hay personas que usan la lengua mas rapido que el cerebro y es ahi cuando nos envenenan, que tan letales sean depende de la importancia que les demos.

Saludos amigo ❤️

El síndrome de abstinencia es horrible, sin importar de qué vicio se trate. Una vez intenté dejar el café y casi muero en el intento jajaja.

Exacto, todos en algún momento hemos llegado a sentir rencor o ira por algo, pero es un error permitir que dichos sentimientos nos controlen. Lo mejor es respirar y buscar una solución al problema. Y si no hay solución, pasar la página.

Concuerdo. Aunque si dichas palabras provienen de alguien que es muy importante para nosotros, su efecto será devastador, por más que intentemos ignorarlo. Por eso hay que ser más considerados en esta vida y pensar antes de hablar.

Gracias por el comentario y la visita, querida. Un abrazo.

Me encantó esto, supiste analizar el veneno desde todos los puntos de vista. Me identifiqué con lo del "laberinto que es la vida" porque es así, la vida a menudo parece un laberinto sin salida, un ciclo repetitivo al que no se le encuentra sentido, una existencia eterna condenada a repetirse una y otra vez al morir y luego renacer en otro cuerpo.

Muchos venenos pueden matarnos, pero yo creo que el más letal es el que describes casi al final: el rencor, la envidia y, en general, la toxicidad no trabajada en algunas personas que disfrutan desahogándola en los demás, echándoles su veneno a un tercero sin tomar responsabilidad de ello.

Me gustaría ver más de estos post, están buenísimos 🤗. ¡Saludos, @juniorgomez!

Qué bueno que te haya gustado. El mérito es para los autores de los libros que consulto antes de escribir sobre la palabra que elijo. Si no fuera por ellos, esta sección del blog no existiría.

Esa idea que compartes sobre el laberinto, me hace pensar en el budismo. Por fortuna, siempre tenemos oportunidad de hacer las cosas de un modo distinto a como las hicimos en vidas pasadas; así podemos romper el ciclo, en caso de que la reencarnación sea posible.

Todos tenemos días malos en los que podemos escupir fuego por la boca. El problema surge cuando la pagamos con alguien más. Eso no está bien, menos ignorar que hacemos daño a otros con nuestra actitud.

Por supuesto que habrán más, disfruto mucho escribiéndolos. Gracias por el agradable comentario y la visita, @vezo. ¡Saludos!

Tremenda explicación de la palabra Veneno, compa. Y esos brebajes.

Gracias por su lectura y apreciación, estimado @lecumberre. Saludos.

Al igual que Emma,muchos deciden entregarse a su dosis de venenos para escapar de la realidad. Algunos mueren y otros no, simplemente se hunden en la miseria si no se recibe el antídoto llamado ayuda y amor. Lamentablemente, no todos tienen acceso a este remedio. Yo trato de evitar los venenos y de las personas que solo saben escupir esa sustancia con sus palabras.

Cambiando el panorama, no sabía el café es veneno. Ahora me replanteo si el mate lo es también y si ya me acostumbre a este veneno ja

Buen post querido.

Hay muchas formas de morir, me atrevo a decir que la más común es esa: recurrir a venenos que nos ayuden a escapar de la realidad. Aunque algunos individuos resisten más que otros. Pienso que el amor está al alcance de todos, al menos el propio y hacia las personas que nos rodean, pero muchos no lo ponen en práctica. Te entiendo, es mejor mantener distancia con ese tipo de personas.

Jajaja seguramente lo es. Hay quienes dicen que cualquier exceso es un veneno, la cuestión sería moderar la dosis.

Muchas gracias por la visita y el comentario, Ivana. ¡Un abrazo!