La sala tenebrosa

in #spanish12 days ago

En el corazón de un antiguo edificio de departamentos, en el tercer piso, se encontraba la sala más tenebrosa que jamás hubiera existido. Los inquilinos evitaban pasar por allí, y los visitantes apenas se atrevían a mirarla de reojo. Era como si la misma oscuridad se hubiera filtrado a través de las paredes, impregnando cada rincón con su presencia maligna.


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La sala estaba siempre fría, incluso en los días más calurosos del verano. Las cortinas, pesadas y desgarradas, colgaban de las ventanas como telarañas olvidadas. El suelo de madera crujía bajo los pies, como si estuviera habitado por espíritus inquietos. El papel pintado, descolorido y manchado, representaba escenas macabras de criaturas aladas y ojos que parecían seguirte a dondequiera que fueras.

El mobiliario era igual de perturbador. Un sofá de terciopelo rojo, desgastado y deshilachado, parecía haber sido testigo de innumerables tragedias. Una lámpara de pie, con una pantalla rota, proyectaba sombras grotescas en las paredes. Un espejo antiguo, cubierto de polvo, reflejaba imágenes distorsionadas que nadie quería ver.

Pero lo más inquietante de todo era el cuadro que colgaba sobre la chimenea. Representaba a una figura encapuchada, con ojos vacíos y manos esqueléticas. Parecía estar observando a quienquiera que entrara en la sala, como si supiera sus más oscuros secretos. Nadie sabía quién había pintado aquel cuadro ni cómo había llegado allí, pero todos coincidían en que tenía un poder siniestro.

Los rumores sobre la sala se multiplicaban. Algunos decían que estaba maldita, que aquellos que se atrevían a quedarse allí durante la noche sufrían pesadillas horribles y despertaban con marcas inexplicables en la piel. Otros afirmaban haber oído susurros y risas malévolas en las sombras.

Un día, un nuevo inquilino se mudó al edificio. Ignorando las advertencias, decidió ocupar el departamento con la sala tenebrosa. Durante las primeras semanas, todo pareció normal. Pero una noche, mientras leía en el sofá, sintió una presencia fría a su lado. Al girar la cabeza, vio al encapuchado del cuadro mirándolo fijamente.

El inquilino intentó huir, pero la puerta se cerró con fuerza, atrapándolo en la sala. Las luces parpadearon y las sombras se retorcieron. El encapuchado se materializó frente a él, sus ojos sin vida perforándole el alma. "Has despertado algo antiguo", susurró. "Ahora, pagarás el precio".

Desde entonces, nadie volvió a ver al inquilino. La sala permaneció cerrada, sellada por una fuerza desconocida. Los demás inquilinos evitaban pasar por allí, temerosos de lo que pudiera acechar en la oscuridad. Y así, la sala tenebrosa se convirtió en una leyenda, una advertencia para aquellos que se atrevieran a desafiar lo desconocido.

Nadie sabe qué sucedió con el inquilino desaparecido, pero algunos afirman haber oído su voz en las noches de tormenta, suplicando por ayuda desde el otro lado. La sala sigue allí, esperando a que alguien más se atreva a cruzar su umbral y descubrir su secreto oscuro.

Fin





Foto(s) tomada(s) con mi smartphone Samsung Galaxy S22 Ultra.

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