Healing the soul
Lola had asked for the woman's address without any commitment and without any certainty. Toluma lived on a mountain, outside the city, where there was no public transport, so if Lola decided to go, she would have to drive her car, which she had not done since the tragedy. If the woman's knowledge didn't work, the trip would serve to clear her mind, Lola had thought, trying to be positive, but at the same time without being filled with too much expectation.
So early on Saturday morning, Lola started the journey to Toluma's house. He had called her on the phone, so she must surely be waiting for her. It was easy to reach her destination because anyone who asked her would be given the precise coordinates of Toluma's house: apparently everyone knew her and she was in great demand.
"Come in and sit down!" -Toluma said to Lola and walked straight ahead until she reached the kitchen. Her hands lit the cooker and put an earthenware pot on the fire:
"You must be tired. I'm going to make a tea of malojillo and camomile," said Toluma as she took leaves from a kind of herbarium and smelled each one. Lola sat on a piece of furniture made of rustic wood, not knowing what to say or how to behave. Although the house was very humble, it was neat and cosy. The smells of malojillo, cinnamon and honey made her relax and before she knew it, Lola fell asleep.
When she woke up, she felt rested. It was as if she had slept for a long time, and maybe that was just the way it was. She sat up in her seat and realised that the house was in darkness: it was dusk and Toluma was embroidering, sitting in front of the window.
"Thank you," was all that came out of Lola, who got up and went to the kitchen. Her eyes widened at the sight of the plate: every piece of food was arranged as if it were a work of art, and it smelled delicious. She took the plate and returned:
"Thank you. This food reminds me of my mother," said Lola and watched Toluma get up:
"I'm going to get you some cayenne water with honey that I made this afternoon". She walked and her hands brushed the smooth walls. When she reached the kitchen, she felt the table top and her hands came across a glass pitcher and glasses. She poured the liquid into two glasses and then stood in the middle: there she began to walk straight ahead as if mentally following an invisible map. Lola saw that Tolima was barefoot and was about to say something, when Toluma said:
"It's 20 steps from the kitchen to the living room". -He offered her the glass of dark liquid.
"A lot of people know you," said Lola, not knowing what to say, "You must have helped a lot of people".
"I just listen to them. People come to my house to talk and to rest and it is an honour for me to listen to them". -She continued embroidering with ancestral precision. Without knowing why, Lola began to cry in front of the food. She felt that inside her soul there was an open dam. Neither she nor Toluma said a word. After a while, when the tears were gone, Lola said excitedly:
"I must go; it is night already!" -Lola said calmly.
"It's night already? I didn't even notice," said Toluma and put the embroidered cloth near Lola. Lola took the opportunity to look at Toluma's embroidery: a thousand multicoloured scribbles like a child's drawing without form. Then, as if discovering something, she turned her eyes to Toluma, who was walking touching the wall and using her feet to feel the rough surface.
"Life is good and beautiful. We just have to live it," Toluma said placidly as if hugging a fresh pillow and turned his face towards Lola. Then Lola searched his eyes. They were lost, disoriented: they were staring at the ceiling. With an overwhelming feeling, Lola put her hands to her chest: Toluma was blind.
All images are free of charge and the text is my own, translated in Deepl.
Thank you for reading and commenting. Until a future reading, friends
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Curar el alma
Lola había escuchado hablar de aquella mujer tantas veces. Un grupo de amigos, se la había recomendado:
_Debes conocerla. Se llama Toluma y es una mujer maravillosa. Va a cambiarte la vida – todos le habían dicho sin soltar más datos que aquellas palabras.
Lola había pedido la dirección de aquella mujer sin ningún compromiso y sin ninguna certeza. Toluma vivía en una montaña, a las afuera de la ciudad, donde no llegaba el transporte público, por lo que si Lola decidía ir, debía manejar en su carro, cosa que no había hecho desde la tragedia. Si los conocimientos de la mujer no funcionaban, el viaje le serviría para despejar la mente, había pensado Lola intentando ser positiva, pero a la vez sin llenarse de mucha expectativa.
Así que el sábado bien temprano, Lola comenzó el viaje para llegar a casa de Toluma. La había llamado por teléfono, por lo que seguramente la debía estar esperando. Fue fácil llegar a su destino porque a todo aquel que le preguntaba, le daba las coordenadas precisas de la casa de Toluma: por lo visto toda la gente la conocía y era muy solicitada.
Cuando Lola llegó tuvo una sorpresa: se había imaginado que la casa de Toluma sería como un lugar de retiro, espacioso, elegante e impecable; pero la casa era pequeña, hecha de madera y rodeada de muchas plantas y animales. Estacionó el carro, se bajó y vio que una joven mujer se asomaba a la puerta. Desde lejos, Lola vio cómo la mujer alzaba la mano en forma de saludo. Seguramente era Toluma, así que la saludó de vuelta.
_¡Pasa y siéntate! –le dijo Toluma a Lola y caminó recto hasta llegar a la cocina. Sus manos encendieron la hornilla y pusieron sobre el fuego una cazuela de barro:
_Voy a hacer un té de malojillo y manzanilla. Debes estar cansada. –afirmó Toluma mientras tomaba de una especie de herbario, hojas y las olía cada una. Lola estaba sentada sobre un mueble hecho de madera rústica sin saber qué decir ni cómo comportarse. Aunque la casa era muy humilde, estaba pulcra y era muy acogedora. Los olores de malojillo, canela y miel la hicieron relajarse y sin darse cuenta, Lola se quedó dormida.
Cuando despertó, se sintió descansada. Era como si hubiese dormido mucho tiempo y tal vez era así: desde la tragedia pellizcaba el sueño. Se incorporó en el asiento y se dio cuenta que la casa estaba en penumbra: había anochecido y Toluma bordaba, sentada frente a la ventana.
_¡Por fin te despertaste! Dormiste profundamente –dijo Toluma desde la ventana mostrando una sonrisa- En la cocina está tu comida. Debes tener hambre.
_Gracias –fue lo único que salió de Lola, quien se levantó y fue a la cocina. Sus ojos se abrieron al ver el plato: cada alimento estaba colocado como si fuera una obra de arte, también olía delicioso. Tomó el plato y volvió al mueble:
_Gracias. Esta comida me hacer recordar a mi madre –dijo Lola y observó cómo Toluma se levantaba:
_Voy a buscarte un agua de cayena con miel que hice esta tarde. Caminaba y sus manos rozaban las paredes lisas. Cuando llegó a la cocina, palpó la superficie de la mesa y sus manos se toparon con una jarra de vidrio y unos vasos. Echó el líquido en dos vasos y después se puso al centro: allí comenzó a caminar recto como si siguiera mentalmente un mapa invisible. Lola vio que Tolima estaba descalza e iba a comentar algo, cuando Toluma dijo:
_Son 20 pasos de la cocina a la sala. –expresó y le ofreció el vaso con el líquido oscuro.
_Mucha gente te conoce –le dijo Lola sin saber qué decir- Debes haber ayudado a muchas personas.
_Solo los escucho. La gente viene a mi casa a hablar y a descansar y para mí es un honor escucharlos. –siguió bordando con una precisión ancestral. Sin saber por qué, Lola empezó a llorar frente a los alimentos. Sentía que dentro de su alma había una represa abierta. Ni ella ni Toluma dijeron una palabra. Al rato, cuando las lágrimas desaparecieron, Lola dijo emocionada:
_Siento que Dios ha sido muy injusto conmigo. Perder a mi madre y a mi padre al mismo tiempo ha sido un golpe muy fuerte. –como si no pudiera detenerlas, las palabras salían de su boca fácilmente. Nunca antes había hablado tanto de su desgracia y toda su tristeza se le había acumulado en los hombros, como un gran peso, que le aplastaba el cuerpo. Por fin, cuando Lola sintió el alma liviana, se incorporó y puso el plato sobre la mesa:
_¡Debo irme! ¡Ya es de noche! –expresó Lola calmadamente.
_¿Ya es de noche? Ni me había dado cuenta –dijo Toluma y puso la tela que bordaba cerca de Lola. Esta aprovechó a ver el bordado que Toluma hacía: mil garabatos multicolores como un dibujo infantil sin forma. Entonces, como si descubriera algo, volvió la vista a Toluma quien caminaba tocando la pared y utilizaba los pies para palpar la superficie rugosa.
_La vida es buena y bella. Solo tenemos que vivirla –expresó Toluma plácidamente como quien abraza una almohada fresca y volteó el rostro hacia Lola. Entonces Lola le buscó los ojos. Estaban perdidos, desorientados: veían hacia el techo. Con un sentimiento sobrecogedor, Lola se llevó las manos al pecho: Toluma era ciega.
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Gracias por el apoyo, amigos
A beautiful story of feelings and emotions that flow in each paragraph. I loved the phrase 'Life is good and beautiful you just have to live it'
Thanks for sharing your story.
Good day.
And to hear it from a person who can say otherwise is wonderful. Sometimes we think we have lived through the worst and we only have to look around to realise that everyone has their own sufferings. Greetings
Thanks for sharing this story here , so much emotions here . I absolutely love it
Thank you for your comment. Regards
Muy linda tu relato. Me gusto leerte
Gracias por tu comentario. Saludos
The medicine of the mysterious lady was nothing miraculous. It was love, compassion and example of living gracefully with hardship. The woman not only was gentle and kind, but seemed almost unaware of her affliction. The resolution of this story was a little subtle, but with thought becomes clear to the reader.
Thank you for sharing this with us, @nancybriti1
Yes. After I did the story, I imagined I could give it another ending, but it was already done. Thanks for your comments. They are always a great help. Regards
What a wonderful story.
The leaves used to prepare the tea must have a great power since it was able to make Lola fell asleep.
It's actually true, whenever you meet someone for the first time, there's always this calm behavior.
You did a good work, I enjoyed reading through it. Have a nice weekend.
It is a reminder that life's hardships can be shared and eased through connection and understanding.
Food and drink sometimes have functions beyond sustenance of the body, they can also sustain the spirit. Toluma sounds like a curandera that has the gift of sight, in spite of being blind. In this case, she helps Lola lifts the weight of her misfortune from her shoulders and helps her feel more in tune with herself. The food and drink have an important role, but the focus is on the emotional turmoil of the protagonist so this makes it engaging.
There are a few minor things that could be improved. Sometimes, the gender gets confused.
Given that this is Lola speaking, it should read, "as if she could not stop them, the words came out of her mouth easily."
Another minor thing is that you mention an herb/plant that readers may not be familiar with, malojillo. So, this could use a sentence or two explaining what it is for readers who may not know it.
These are minor things, and overall you have a fluid way of telling the story that feels real and engaging. Well done!
Oh my...
The ending was everything!!!
Emotions overflowing!
!BBH
@nancybriti1! Your Content Is Awesome so I just sent 1 $BBH (Bitcoin Backed Hive) to your account on behalf of @seki1. (1/5)
It was very nice to read your story full of emotions and feelings in a quiet environment. Lola found there what she needed, to get out of her soul what hurt. And Toluma listened to her.
I loved it.
Greetings @nancybriti1