Este es un post de apreciación personal, reflexión, introspección y mucha, mucha vulnerabilidad; típica de quien está a la víspera de cumplir años (cumplo el 30 de Junio, o sea, en unas horas luego de la publicación de este post).
No espero ser leído, generar debate o que se comparta un mensaje con esta publicación. Es "tinta pura y sin cera" (intencionalmente escrito así).
Ya habrán adivinado de que va la publicación. La foto fue tomada por mí, y con semejante introducción no me queda otra que empezar a contar mi historia, no a modo de introducción, porque ya me conocen, o eso me gusta creer.
No sé si te llega a pasar, pero a mí, me da por reflexionar el tema de la edad, de los logros, de la vida que llevo, llevé, lo que perdí, lo que gané, y en general, hacer balance de lo que significa tener X años (que en mi caso: X = 37).
Es raro encontrarme a mi mismo haciendo una lista, un post, escribiendo en un cuaderno, o escribiendo a @gabriellalpez2 sobre esto, cuando en años anteriores, la norma era quedarme silente, dejar que pasara el día, como uno más de los que restan. Si hablamos de eso francamente, pero del revés, del lado negativo, encontraríamos que no es un día más, sino un día menos, y por esas suertes del debe y del haber contable, debe haber un modo de hacer ese balance sin sentirme raro porque: ¿cómo sabes que pierdes lo que pierdes y como sabes que ganas lo que ganas?
A nosotros los seres humanos (porque, pues, para nula sorpresa, no soy un aguacate, aunque a veces quisiera... Perdón, amigo(a) lector, mi mente se está desviando), nos gusta desvariar un poco, pero tener certezas al final de ese desvarío. Nos gusta cínicamente poner etiquetas de "esto es bueno, aquello es malo".
Pero, ¿cómo calificas, etiquetas o tienes certeza de algo cuando has estado al borde de la muerte tantas veces? Pudiste no llegar a tiempo para escribir este post, para llorar mientras escribes o para escuchar en loop «100 Bad Days» de AJR de fondo mientras apuras tu mente para escribir algo medianamente lógico que suene a enseñanza pero no con demasiada formalidad.
Porque la ganancia, pérdida, bondad o maldad que he encontrado en mi historia ha sido aprendizaje. Tanto los momentos brillantes como los momentos oscuros. De coronar el pico más alto de mi carrera profesional a la indolente miseria de dormir en la calle. De comer en restaurantes lujosos a "alimentarme" de agua o cocuy de penca del barato.
Tal vez escriba estas palabras con poca o nula compasión por mí mismo, con indolencia o indiferencia. Lo hago así, porque entiendo que tu historia no te define, nunca lo ha hecho y nunca lo hará. Aunque en tu historia te hayan pasado cosas, quiero que sepas que tú no eres esas cosas. Solo pasaron, y para bien o para mal, espero las hayas aprovechado. Si, también me lo digo a mi mismo.
La foto de arriba es mía, tomada con mi teléfono celular minutos antes de sentarme a escribir. La foto también es rara, porque luce como si fuera luna llena, con luces de colores de las casas del barrio, pero ni la luna está llena, ni las luces son de las casas.
Entonces pienso: ¿todo es cuestión de perspectiva?
Si no es así, entonces habré escrito estas líneas a modo de catarsis enteramente, pero si es así, la ganancia y la pérdida no será tal, porque todo será aprendizaje.
Entre esas cosas que aprendí, está el celebrar cada día como si fuera el último, tanto más si es tu fecha de nacimiento, disponiendo tu corazón, tu intelecto y tus talentos al servicio del éxito, como queriendo reclamar al Universo por todas esas veces que tú mismo(a) no te permitiste ser tú y por los días que dejaste pasar.
Feliz cumpleaños a mí, a tí, todos los días de tu vida, mientras vivas. 🥳
