¿En qué momento de la vida, la comunicación se convirtió en una falta de comunicación? ¿Será que ha llegado el momento de preguntarnos, que tanto nos está ayudando la tecnología como personas? Muchas personas argumentan que debido a los videojuegos, es que los jóvenes confunden la vida, llegando a disparar a sus compañeros y dispararse. ¿Será que estamos tan confundidos en nuestras vidas que ya no diferenciamos el respeto por los demás y por nosotros mismos? Podremos colocar cientos de excusas en nuestra bocas y miles de excusas en nuestros dedos, para dejar a una persona en visto, es como cuando estás haciendo un comentario, que en tu vida personal es relevante y la otra persona o las otras personas no te hacen caso, en el mejor de los casos se saltan el silencio incómodo después de tu comentario y van directamente a cambiar el tema.
Por otro lado en las redes sociales esto no es así, ese silencio incómodo puede durar horas, días, inclusive semanas, envías un mensaje, el software hace lo que tiene que hacer y te retroalimenta con un decepcionante visto o con una doble palomita de color azul, la otra persona tuvo que verlo y leerlo, incluso generarse cierta idea acerca del mensaje, pero oh oh no causó la impresión que queríamos, de esa pausa larga, prácticamente eterna que se genera, llegamos a esa falta de respeto, esa falta de valorar el tiempo y el interés de la otra persona por enviarte un mensaje de texto, sabemos que la otra persona vio el mensaje, ¿por qué no contestarlo? Ok el internet de las cosas y el derecho básico al internet han fallado, así que puede que se haya quedado sin datos, este en el transporte público, se quedó sin batería justo en ese momento o tuviera otra cosa más importante que hacer y es cuando está idea cruza nuestra mente que todo se derrumba, no importa la sarta de tonterías y mentiras que nos digamos a nosotros mismos con tal de justificar a la otra persona, de validar con argumentos el cariño que le tenemos a la otra persona, el hecho es que el tiempo sigue corriendo y llega un límite en el que ¡pum! caemos en la cuenta de: "realmente no le intereso tanto", y no necesariamente tiene que ser la persona que te guste, puede ser tu jefe de trabajo, tu compañera.
Por si fuera poco caemos en otra trampa, la de seguir insistiendo y seguir mandando mensajes, preguntando si todo está bien o un pequeño jejeje; en una plática con personas en un bar o cafetería esto prácticamente no podría suceder, siempre hay algún tipo de reacción, la comunicación continuaría aunque fuese de forma no verbal, sin embargo con la tecnología esto no es así, la comunicación se corta de tajo y es fría, nos percatamos que está fluyendo en una dirección y cuando seguimos insistiendo ¿caemos en la trampa de faltarnos el respeto a nosotros mismos? y la respuesta es sí, porque los datos están ahí presentes, enviamos un mensaje, observamos que la otra persona ya lo leyó, ha pasado un tiempo considerable y no contestó, es evidente, es querer insistir en dedicarle tu tiempo a una persona que no te está considerando o que no sabe cómo expresarse.
Es por esto que lo más recomendable, es llamar, tomar el dispositivo buscarlo en tu lista de contactos y esperar que todo salga bien, que no esté en el subterráneo o que tenga señal, conteste la otra persona y escuchar lo que tiene que decir.
No me extrañaría que en un futuro, la tecnología avance a tal grado, donde se pueda firmar un acuerdo prenupcial en el que cobres tu dinero inmediatamente, porque la cámara de afuera de un hotel detectó la cara de tu pareja con otra persona.