Los maestros venezolanos decidieron comenzar este año escolar no en las aulas sino en las calles. Las diferentes asociaciones de educadores convocaron a actividades de protestas a partir del pasado lunes 16 de septiembre, las que se cumplieron en varias ciudades del país.
En Venezuela cada jornada de legítima protesta se convierte en una suerte de ruleta rusa, donde los manifestantes se juegan su integridad, ya es costumbre que a cada protesta el régimen de Maduro responda con represión de los cuerpos policiales y de los escuadrones paramilitares conocidos como “los colectivos”.
El día lunes no fue distinto. Los centenares de manifestantes que trataban de llevar su protesta a las puertas del Ministerio de Educación fueron fuertemente reprimidos por la fuerza pública, quienes pretendieron impedir la llegada hasta el edificio del Ministerio. Pero los manifestantes lograron burlar el cerco policial y llegar a su destino, allí de nuevo fueron reprimidos por grupos de activistas afectos al régimen de maduro, quienes los agredieron ante la mirada indiferente de la fuerza pública. Casi al final de la protesta motorizados armados hicieron disparos al aire con la intención de dispersar a los manifestantes. Sin embargo, los maestros se mantuvieron firmes hasta que decidieron abandonar el sitio por su propia voluntad, no sin antes convocar para nuevas acciones de protesta.
Uno de los principales motivos para la manifestación de los docentes es el bajo sueldo que reciben. En promedio la mayoría de los educadores devenga un sueldo equivalente a unos 8 $ mensuales, de esos pueden gastar en transporte público hacia sus sitios de trabajo, unos 4 $ al mes, con el resto es muy poco lo que pueden hacer para garantizar su sobrevivencia; un cartón de huevos (30 unidades) tiene un costo de 4$, un par de zapatos de muy mala calidad unos 10 $, un antihipertensivo genérico unos 3$.
Las federaciones magisteriales calculan que 100.000 docentes renunciaron a sus cargos para dedicarse a otras actividades durante el año lectivo que finalizó. La estampida de docentes buscando mejores condiciones de vida, fuera de las fronteras nacionales, es una triste realidad.
Además del bajo nivel de sueldo los maestros protestaban por el deterioro de la infraestructura escolar, la mayoría de las escuelas tienen serios daños en sus infraestructuras, algunas carecen de servicio tan elementales como el agua potable.
Otro factor que disparo la protesta es la amenaza de incorporar a las escuelas, en el presente año escolar, a personal no calificado para la docencia. Ante el gran déficit de maestros, debido a las renuncias masivas, el gobierno está preparando a jóvenes de las comunidades mediante cursos de corta duración, en los que es muy difícil alcanzar la preparación necesaria para la educación adecuada de los niños.
La educación venezolana no escapa del caos general creado en la vida social por la revolución bolivariana. Lejos quedaron los días en que el país contaba con una educación de calidad que permitía formar los recursos necesarios para el progreso del país.
Sin maestros y sin una educación de calidad el futuro de las nuevas generaciones se ve seriamente comprometido.
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Una puntual y pertinente denuncia que bien merece nuestro apoyo. El gremio magisterial ha sido uno de los sectores mas consecuentes en la lucha por sus derechos y los de la población venezolana, sobre todo, por la educación de calidad. Es penoso ver el tratamiento que le da el régimen a los responsables de la que constitucionalmente se considera, junto con el trabajo, una de las bases de la sociedad. Saludos, @irvinc.
El sueldo de los maestros es el más bajo, a pesar de la responsabilidad tan grande que tienen de crear los ciudadanos y profesionales del futuro. Es realmente triste que menosprecien tan noble labor.