Solo la ciudad de castañas chamuscadas nos juzgará.

Cuántos de los que vuelven a fallar.
¡No hay razón para que no haya libertad de elección!
Crujido detrás de la ventana de la cerca,
Nos convertimos en extraños
Sus pétalos ahora halagados con palos.

Después de cuarenta días ya ayunado
Pero - en el corazón
Te estoy buscando en el mostrador.
El camino vibra de las cuentas.
Palabras a través de filtros - capa de la sociedad.

Y envíalo a las rocas rosadas,
Por cuarto año lleva extraños techos,
Cuántos de los que pueden hablar.
Traerá sobre sí mismo los cíclopes.
Bajo los hermosos trinos de camas de plumas de aire.

Aún no se ha resuelto.
Los corredores crujen alcances
Y se ríen de ella con crueldad.
Había uno.
En el desierto cómo Cristo mismo ayunó.

Lo siento mi felicidad se elevan en el cielo...
Para no colapsar de la desesperación, resbaló...
Doy a mis emociones plena libertad.
Y así lo decidí, y aquí estoy en la puerta,
Resultó ser una ginebra fabulosa.

El grito se atasca en la garganta.
Pero solo para siempre.
Olvidó quiénes somos, por qué nacimos,
Tomando una ola como tu motín.
Y todo cubierto de nieve.