En innumerables oportunidades muchos opinan que la vida es dura para los buenos. ¿No han escuchado esas frases martirizadoras? “Si yo fuera malo quizás todo me saliera bien”. “El que se aprovecha de los demás siempre gana”. Hoy pensé mucho en por qué la gente se agarra de esa lógica. Y digamos que es bastante errada.
La gente pierde sus guerras diarias no por ser buenos o malos, sino: uno, porque no tienen la razón; dos, porque no saben defenderse y tres, porque quieren ganar causas que ya están perdidas. Pero el ser bueno, estoy seguro, no tiene nada que ver con perder.
Creo que es momento de que quienes hemos pensado así asumamos y comprendamos con claridad los problemas y, sobretodo, enfrentémoslos, porque la victimización nos llevará es a seguir perdiendo.
Es conveniente también aceptar cuando hemos perdido, cuando no tenemos la razón, pero también hay que mantenernos firme en nuestras convicciones, de lo contrario seremos esclavos de las verdades ajenas que quizás no lo sean del todo.
El equilibrio, la justicia, la moral, la lógica y la valentía son características de quienes ganan sus batallas diarias; la aplicación de la maldad, el egoísmo, la tiranía y la opresión más bien deja puntos débiles en nuestros enemigos diarios, quienes pueden ser aniquilados con facilidad por no actuar moralmente.
