Cultura: Museo de la Memoria y los Derechos Humanos

in #cervantes4 years ago
La fachada del Museo

Una de las cosas que más me gusta de Santiago de Chile es su oferta cultural. Existen un sin fin de instituciones que promueven un sin fin de actividades durante todo el año; y una parte importante de esta oferta son los Museos. Ahora bien, museos de historia social o natural y museos científicos había visto varios en otros lugares, pero lo que no había visto era un edificio entero dedicado a consagrar la memoria de un episodio particular de la historia política de un pueblo.

En el lobby

El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos está ubicado en la capital chilena, frente al parque Quinta Normal, justo a la salida de la estación de la línea 5 del metro. El edificio de fachada moderna alberga, en permanente exposición, el pasado del pueblo chileno, concretamente el período comprendido entre 1973 y 1990; es decir, desde el golpe de estado a Salvador Allende hasta la restitución de la democracia casi veinte años después.
En su página oficial, la institución dice estar dedicada a "dignificar a las víctimas y a sus familias; y a estimular la reflexión y el debate sobre la importancia del respeto y la tolerancia, para que estos hechos nunca más se repitan".

Carteles de la época

Las tres plantas del Museo están consagradas a ese oscuro y reciente período en la historia chilena y a medida que se pasa de un área a otra vamos avanzando, poco a poco, desde el golpe de estado, la junta militar, el ascenso de Pinochet, los toques de queda, la represión, la violación de los Derecho Humanos, hasta los primeros pronunciamientos en contra, las denuncias, la presión internacional, los periódicos clandestinos, la lucha de las personas, el plebiscito y la restauración de la democracia en aquella campaña del SÍ y el NO, inmortalizada en tantos libros y películas, de entre los que puedo mencionar Los días del arcoiris de Skármeta y su versión cinematográfica con Gael García Bernal, NO.

El memorial

Una de las áreas más impresionantes del lugar es el memorial. Un mural fotográfico con los rostros de los fallecidos (parte de ellos) durante la dictadura. Es escalofriante, doloroso, impactante, mirar estos rostros y saber que los fallecidos fueron muchos, muchos más. En el ala que permite observar mejor el mural hay una pantalla para consultar nombres e historias, pero se requiere de mucha entereza para conocerlas.

Cama de tortura

En realidad, todo el recorrido puede resultar incomodo y penoso para las personas más sensibles. Además del memorial, es posible ver elementos utilizados para torturar y una extensa documentación escrita y audiovisual. Es posible no sólo leer órdenes de captura, testimonios, cartas, registros de fallecidos, carpetas de casos titulados como "La Caravana de la muerte" y que tiene que ver con centenares de personas que fueron enterradas en una fosa común, videos, entrevistas, audios de radio, discursos... es una experiencia total que puede resultar abrumadora, pero que cumple su cometido: sacudirnos. Es necesario despertar este tipo de sensaciones, porque no es igual leer un titular que dice "200 fallecidos" a ver las caras de cada uno de ellos, a conocer sus nombres, qué soñaban, quiénes eran, dónde vivían, por qué los asesinaron... claro que el museo no contiene toda la historia de cada una de las víctimas pero sí suficientes caso representativos que sirven como muestra de todo el universo de asesinados y torturados durante aquellos oscuros años.

El testimonio de los niños

Los dibujos de los niños también fueron una de mis partes favoritas. Hijos de encarcelados, de torturados, de asesinados, pero también los niños que estaban en casa con sus padres y que no pudieron tener una infancia normal con juegos, colores y felicidad a cada instante. Niños que muy temprano en sus vidas asimilaron como corrientes términos como carabineros, tortura, represión, desaparecido, dictadura y volcaron toda esa traumática experiencia sobre el papel, con sus creyones.

El libro

La última parte del recorrido está consagrada al plebiscito, la campaña electoral y el triunfo del NO, pero además existen un par de alas con exposiciones temporales, como la de "Otrxs Fronterxs" (sobre historias oscuras y desafortunadas de la realidad humana que la experiencia migratoria trae consigo) y mi favorita:"Mala Memoria". Imaginen un concurso de relatos ilustrados sobre la época de la dictadura militar y que luego los trabajos galardonados sean reunidos, no sólo en un libro, sino en una sala entera. Esta última exposición me gustó tanto, tanto, que no quise ampliarla acá para dedicarle un post entero en una próxima publicación.
Si residen en la capital austral, o si alguna vez llegan a estar de paso en ella, no dejen de visitar este museo. Cuenta un episodio de la historia de Chile, pero sus anécdotas, sus víctimas, sus castigadores y defensores, representan al mundo.

Reseñado por @cristiancaicedo

TODAS las fotografías fueron tomadas por mí con mi teléfono móvil

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