Si ya has estado o estás enamorado, sabes de sobra lo que se siente aunque no lo puedas expresar un una definición que semánticamente abarque todos los matices. Y, precisamente ese es el enigma y la magia del amor, que no es mesurable ni una elección.
La mayoría de las veces él nos ha elegido a nosotros, antes siquiera de que lo sepamos. El problema viene cuando ese amor auténtico y puro nos elige, pero nos pilla mirando a otro lado o si lo sentimos por alguien que no era “nuestro prototipo”. ¿Y ahora qué?