Edgar Allan Poe, el legendario maestro del horror y de la novela policiaca de Baltimore que todos conocemos por cualquier clase de suerte que nos haya acercado a alguna de sus historias o poemas como aquella adaptación de los Simpson en una «Casita del horror» donde hicieron una parodia de «El cuervo»; o quizá por alguna asignatura en la escuela. Sea cualquiera el caso, es innegable que Poe es un escritor atractivo para todo el mundo por sus historias y poemas, también por la estética oscura que se fabricó alrededor de él y que ha trascendido a modas y a imágenes muy geniales que podemos hallar en internet.
Existen infinidad de ediciones de su trabajo artístico con portadas hermosas y toda la cosa. Pero Poe murió en la pobreza y consumido por la locura pues como escritor y como crítico de arte no había mucho dinero para comer.
El padre del horror murió un 7 de octubre de 1849. La causa de la muerte de Poe sigue siendo un misterio, pero la noche previa a su deceso se dice que farfullaba el nombre “Reynolds”.
Lo cierto es que Poe tuvo problemas financieros toda su vida. Hace poco una carta escrita por él se vendió en 120 mil dólares en los Estados Unidos. La misiva fue escrita Poe dos años antes de su misteriosa muerte a un tal Robert Taylor Conrad, quien fue editor para una revista para la cual el maestro trabajó por cinco años que dicen que fueron los únicos estables económicamente hablando. De hecho fue en esta revista Graham´s Magazine donde se publicó por primera vez «Los asesinatos de la calle Morgue». Una ironía para alguien que murió en tan precarias condiciones.
En la carta, Poe cobraba 90 dólares a Conrad por la publicación de dos artículos que había escrito y de los cuales no había recibido dinero alguno, y en ella se puede apreciar el ahogo financiero por el cual estaba pasando.
La tumba de Poe está en Baltimore. Es básicamente un lugar turístico como muchas otras tumbas de otros tantos escritores que también murieron en condiciones precarias como también más favorables. Y todo en la vida de Poe posee un velo de misterio.
Quizá el más interesante sea el de la persona misteriosa que por 70 años consecutivos estuvo dejando la misma ofrenda sobre su tumba.
Durante 70 años, alguien estuvo dejando una ofrenda de dos rosas y media botella de coñac en la tumba de Poe. Se desconocen muchas cosas, como el significado de la ofrenda, o como quién era este sujeto misterioso. Lo que se dice es que en algún punto esa persona le pasó la tradición a un hijo. El único hombre que sabía la verdad murió sin decirlo. La última vez que se hizo esta ofrenda fue en 2009, en el Bicentenario de Poe. Por supuesto que las visitas de esta misteriosa persona no pasaban desapercibidas, así que con el tiempo llamó la atención de muchas personas que lo observaban sin acercarse demasiado para no molestarle tampoco. Como la última visita fue en el año 2009, se cree que el rito terminó y ahora estas ofrendas las hacen impostores. Sucede que el misterioso visitante también tenía sus ademanes y sus mañas; tocaba de una forma particular, a veces dejaba cartas días antes
Algunos especulan que esta tradición pudo quedar sellada por alguna promesa el último año de su vida, ese en que lo encontraron delirante y con ropas prestadas. De ese periodo de la vida de Edgar Allan Poe no se sabe prácticamente nada. Y por desgracia, la única persona que conocía la identidad del visitante murió sin jamás revelarla.
Material bibliográfico:
https://www.elmundo.es/cultura/2014/03/16/532511d8e2704e622f8b4578.html
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