Amigos de la comunidad de Steemit, esta es mi cuarta y última entrega de la serie “Filosofía de la fotografía” en homenaje a la escritora Susan Sontag. En esta oportunidad, presento una versión de un ensayo de mi autoría que publiqué en la Revista de Ciencias Sociales de la Región Centroccidental en 2009.
La foto de Susan Sontag que ilustra el post fue realizada por la célebre fotógrafa de la revista Rolling Stone Annie Leibovitz.
Fotografía y representación
Todo el mundo es literal cuando de fotografías se trata. (Susan Sontag. Ante el dolor de los demás. 2003. Alfagura. Bogotá. p.58)
Ello explica las poses con mirada austera, la gente con aires de majestuosidad y los escenarios victorianos como telón de fondo en los daguerrotipos que daban relevancia a los fotografiados. Si desde siempre nuestra especie tiene necesidad de transmitir ideas a través de símbolos, la fotografía fue en ese momento el mejor vehículo para tal fin, el referente que remite a un significado amplio que se quedó en el imaginario colectivo y que en nuestros días tiene dimensiones incalculables.
La nueva realidad social impuso progresivamente nuevas formas de representación. En el lado americano del Atlántico, las burguesías creadoras de los Estados Nacionales, tomaron también el modelo de representaciones de los europeos. Sólo que en Venezuela, como en la pintura aristocrática del Viejo Mundo, la fotografía era un arte al que sólo tenían acceso los integrantes de las élites; esto es, los propietarios de haciendas, los comerciantes, los prestamistas, los pocos dueños de los incipientes medios de producción más avanzados tecnológicamente y los presidentes de la República.
José Antonio Páez inmortalizado en un daguerrotipo
cuatro imaginarios se cruzan, se afrontan, se deforman. Ante el objetivo soy a la vez: aquel que creo ser, aquel que quisiera que crean, aquel que el fotógrafo cree que soy, y aquel de quien éste se sirve para exhibir su arte” (Roland Barthes. La cámara lúcida nota sobre la fotografía. 1989. p.45)
Las fotografías han revelado que la belleza, tradicionalmente asociada con modelos ejemplares, (el arte figurativo de los griegos clásicos solo mostraba la juventud, el cuerpo en su perfección), existe por doquier. Como a las personas que se acicalan para la cámara, a los desagradables y desafectos también se les ha asignado su belleza”. (Susan Sontag. Sobre la fotografía. 2006. p. 149)
La expresión de la cara del caudillo denota cansancio. Mucho debió lidiar el militar con los federales de la “Guerra larga” (1859-1863, periodo de registro de la toma), si la foto fue tomada en sus últimos momentos de poder en Venezuela, y si es que estaba en las funciones de Comandante General de todos los Ejércitos que le asignó el Presidente Manuel Felipe de Tovar en 1860. Si este es el caso, es la época del hombre que ya no convocaba a las masas ni a las élites. La oligarquía que tanto se sirvió de él en la naciente República de 1830 se alejaba de su aliado.
Esta imagen no es tan común en la iconografía del general, quizás por la tristeza que transmite su expresión. Dice la escritora Sontag, que las fotos hechas en ángulo frontal descubren el alma del retratado; en este caso, la toma ladeada parece indicar decoro y cierto recato en el héroe de la Batalla de Carabobo (1821).
La banda sobre el pecho y el impecable uniforme militar refuerzan la posición social del retratado, o al menos lo que Páez esperaba que se supiera de él, más si se toma en cuenta que se trata de una época en la que la fuerza de las armas y el poder político eran muy valorados. Algunos de sus biógrafos aseguran que “El Centauro de los Llanos” pasó por apuros económicos en sus últimos años; quizás, el ya viejo general esperaba pasar a la posteridad con la gloria de los años anteriores.
Parece, a fin de cuentas, que con la fotografía también se puede mentir pese a que siempre tiene su dosis de verismo. Como dice Sontag:
Las fotografías son una interpretación del mundo tanto como las pinturas y los dibujos”. (Sontag. Sobre la fotografía. p.20)
Imágenes de barras:
Qué bien, me gustó mucho la explicación semiótica de la fotografía y en especial me gustó conocer ese peculiar retrato de este destacado héroe venezolano. Siempre he considerado que Roland Barthes no solo es lingüista sino también un filósofo, por su capacidad de profundizar en sus análisis de manera muy simbólica y hasta existencial.
Muchas gracias, amiga. Felizmente, tenemos coincidencias. Saludos
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Excelente @tresminotauros
Gracias por compartir estas ideas.
Saludos, amigo Tomás. Muchas gracias por leer.
Excelente como siempre @tresminotauros¡
Hola @elvigia. Gracias, otra vez.
Gracias por compartir esta información e interpretación de las fotos. Saludos @tresminotauros, seguiré pendiente de tus post.
Muchas gracias, amiga. Crecemos juntos. Saludos
Muy bueno el articulo...