Son tantas las historias de jóvenes venezolanos que al escuchar una de estas, no puedo menos que escribirla. Una de tantas mañanas de sabroso café, en su casa de Anaco, esta muchacha de 30 años, me conto su historia de vida.es una emigrante oriunda de Maracaibo, que vino a Oriente a buscar fortuna.
Esta hermosa joven mujer, estudio su ingeniería y se vino a realizar pasantías en la Industria Petrolera, para luego quedarse trabajando. Toda la familia, sus padres y hermanos hicieron lo mismo y ese hogar de Cabimas se vio trasladado con sus costumbres y forma especial de hablar a engrosar filas en el Estado Anzoátegui.
Los detalles son los mismos, una vez hecha su familia con dos hijos y un amante esposo, Lizbeth dedico lo mejor de sus conocimientos a la empresa petrolera. Ya la Venezuela no era la misma que soñó y con gran dolor de futuro migrante me dijo__ No me arrepiento ni de lo que estudie ni de la experiencia de analista de cuentas petroleras que tengo, sino de haber hecho primero lo segundo y ahora hare lo primero.
Me explico, cuando veo a otros que primero aprendieron el oficio y después aprendieron una profesión, lo hicieron como debe ser. Yo en cambio_ dice Lizbeth, me hice ingeniero y después me aprendí el oficio. En consecuencia, gane la humildad de devolverme hacia un oficio que en este momento, increíblemente, es más productivo que mi profesión.
Mi esposo también es profesional, es Abogado y se desempeña como vendedor de productos nutricionales. Se hizo abogado en el Estado Zulia y se devolvió hacia el oficio de las ventas, que es más productivo que su profesión de derecho, en nuestra patria.
Juntos sostenemos nuestro hogar y pertenecemos al ejército de jóvenes espartanos que sacaremos a Venezuela de esta situación. Otros como nosotros, lo están haciendo, pero fuera, en otros horizontes, dando lo mejor de sí. Cuando pase la tormenta seremos mejores, como los primeros inmigrantes que recibió Venezuela, que venían de una terrible guerra.
Edificaremos, avanzaremos, haremos patria de verdad, mejor preparados, con esfuerzo y sacrificio. Aprendimos a venir a retroceder para avanzar, valoraremos lo que tenemos, una gran patria que cobijo a muchos extranjeros y que ahora recibimos la lección de vida, de progreso que nos hará sobresalir en el mundo.
No había visto ese punto de vista, muy buen artículo. Saludos