Decidimos acompañar al hijo menor hasta la frontera de Cúcuta, esa fue una gran decisión cuando llegamos allá a San Antonio, limite venezolanos hacia el Puente Internacional Simón Bolívar .Parece una historia de película, desde la salida terrestre por el terminal de Maracaibo se nota la llamada guerra de perros.
los choferes cobran precios impagables en carros por puesto, hasta el punto que el sábado 3 de febrero pedían 1.000.000 por cada puesto y en efectivo. Finalmente negociamos una transferencia bancaria que mi hijo experto hizo desde su teléfono.
El taxi de las 4 am también era impagable, nuestra querida amiga-hermana María Eugenia y Esposo nos hicieron el quite a esa hora. Al lado de la barbarie, la solidaridad humana es una gema preciosa. Partimos con un nudo en la garganta, el Benjamín Ingeniero civil iba a buscar suerte en otras tierras lejanas
La Machiques-Colon parece bombardeada, muestra el deterioro de esta querida Venezuela abandonada a su suerte. Primero San Cristóbal y después San Antonio, porque allí vive la familia de nuestro ángel la gochita, nos oriento, dio posada y llegamos a San Antonio. Lo que cuente aquí ya es historia.
Sacamos carnet fronterizo que ya hoy fue derogado, ahora es con puro pasaporte, y pasamos caminando el Puente Internacional para que el hijo sellara su pasaporte en ambos lados del puente. Era domingo y había menos gente, la idea era pasar el martes siguiente con todo hecho.
Por la noche el espectáculo era dantesco en San Antonio, parecía que las calles se movían en la penumbra porque venezolanos dormían en las aceras, y bancas de las plazas cada día para pasar al día siguiente al otro lado, unos a cometer fechorías, otros a trabajar de cafeteros y buhoneros en Cúcuta.
Otras calles de San Antonio estaban infestadas de basura maloliente que eran peor que Maicao. A todas estas dormíamos casa de una amiga de la gochita y caminábamos 12 cuadras en subida y luego hacia abajo. Increíble toda esa aventura auxiliados por nuestra gochita arquitecto, quien orienta a migrantes hacia el sur, los acompaña hasta la famosa Parada después del puente en Cúcuta donde hay tanto malandro, tanto colombiano como venezolano.
Por fin llegamos al aeropuerto, el hijo partió hacia un mejor futuro, quedamos algo triste pero esperanzado. Venezuela joven profesional se nos marcha….
ENVIADO EL-1-5-18
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