Si volviera a tener 7 años me gustaría, celebrar nuevamente el bautizo de mi muñeca, les cuento mi experiencia: una navidad el Niño Jesús me trajo de regalo una hermosa muñeca, era muy grande, rubia de cabellos ondulados, ojos azules, a todas las niñas de la familia y de mi comunidad les gustaba.
Yo me sentía tan emocionada que le busque sus padrinos para bautizarla, estos padrinos eran un señor amigo de la familia, que era muy especial con nosotros mi vecina una abuela que nos consentía, es estos dos personajes eran muy especial para mí, por eso los elegí para que fuesen los padrinos de mi niña.
Los últimos días de enero planificamos la fecha y la organización de la fiesta, se mandaron hacer las tarjetas en una tipografía, tanto de invitación como de recuerdo, el vestido lo confeccionó mi mamá, era blanco con muchas cintas y encajes de color azul, mi abuela le tejió unos zapatos y le compramos un sombrero.
El 15 de febrero, fecha con periodo de carnaval, se hizo el bautizo, un amigo de la familia se disfrazó de sacerdote, le pusimos agua bendita y simulamos la sal.
Todos los invitados vinieron bien arreglados para la celebración, mi mamá y mi nana hicieron un pastel grande, se repartieron almendras envueltas en una servilleta decorada con cintas de colores, hubo variedad de bocados, refrescos, y muchas golosinas.
Después de la ceremonia, hubo baile, bebidas y mucha diversión.
Saben el por qué quisiera volver a ese día, porque todo lo recuerdo con claridad, menos el nombre que le puse a mi muñeca. No justifico que no pueda recordar el nombre de mi hija., le pregunto a mis hermanas y tampoco lo recuerdan y cosa extraña no conservo una tarjea de recuerdo del bautizo, allí están los nombres de los padrinos, fecha del evento, mis datos como madre y su fecha de nacimiento.
La edad no perdona y a veces hay registros de la memoria que se borran del pensamiento y triste, antes si no tenías una cámara o no contratabas el servicio de un fotógrafo, pues los grandes momentos sólo quedaban en el recuerdo.