Dicen, que me han visto por las calles, por lo bulevares, por los café que hay en la plaza besándote. Dicen, que le pedíamos deseos a las estrellas que titilan en pleno día bajo aquel sol abrazador que desdobla el paisaje llenándolo de luz y colores. Dicen, que he andado sola por los alrededores de tu casa, llamándote con la voz lastimera del que ha sido abandonado y que mi llanto entristece las piedras de tu jardín que me lastiman los pies al tratar de colarme por la ventana de tu cuarto que languidece en las sombras de esas noches que me esperan sin cesar.
Dicen, que la tristeza me está matando, que hace mucho tiempo que te fuiste, que te despedí una tarde de mayo cuando los capullos de los apamates, rompían en flor y caían al suelo para recogerlas con mis manos y hacerme el vestido de novia con el cual me desposarías ante el altar. Dicen, que yo también me fui bajo el abrigo de la soledad del que no es despedido. Dicen que languidezco en mi tumba esperándote eternamente más allá del olvido. Dicen, y tanto dicen, pero nadie dice lo mucho que aún te quiero.
Muy bella prosa poética, cargada de emoción, has logrado hacer vibrar mis fibras sensibles. ¡Sigue así que bonita tu expresión!
Gracias, eres muy amable
Gracias por tu comentario.
Qué hermosa prosa. Me encantó la historia de la desamada, y en especial esto:
La dejaron como la propia novia de pueblo.
Jajajajajajajaja! Si muy graciosa y alentadora tu respuesta.
Que grato es encontrar relatos con tanto tinte de sensibilidad, amor y con un excelente remate. Me ha gustado mucho @mariqyes :)
Gracias Darius. Lo aprecio