Cómo funciona el mundo

in #cuentos6 years ago (edited)

Broose era una ciudad completamente normal. Tenía sus inconvenientes, vecinos molestos, vecinos amables, niños que jugaban en la calle, otros que preferían quedarse dentro con sus juegos electrónicos; en fin, una ciudad como cualquier otra. Las familias que vivían en esta ciudad eran de clase media alta. La mayoría se conformaba por uno o dos hijos, una madre ama de casa y un padre trabajador; también estaba el padre que se quedaba en casa y la madre que trabajaba, o ambos trabajadores. En el caso de que fuesen los dos padres quienes trabajaran y sus hijos fueran menores, quedaban a cargo de una niñera, quien también tenía el rol de ama de llaves ya que la pareja no podía estar en la casa una gran cantidad de tiempo debido a sus agendas atareadas.

La familia de Rose se conformaba por ella, su marido Michael y sus dos hijos: María y Ryan. María ya era una adolescente de diesiseis años, y Ryan un niño de diez años. Ambos estudiaban en escuelas privadas, pero tampoco eran de las más caras, pero recibían una mejor educación que en una pública. María era una adolescente tranquila, nunca tuvo esa fase de rebeldía contra sus padres, tenía buenas notas en clase y era un muy buena amiga y compañera. Por otro lado Ryan era un niño más bien inquieto, no tenía malas notas en clase pero no se acercaban a lo excelente, tenía muchos amigos con los cuales se peleaba y al día siguiente volvía a ver; como es normal en los niños.

María y Michael decidieron tomarse una licencia de sus trabajos para poder celebrar su aniversario número veinte. Era importante para ellos, así que arreglaron todo un viaje (sin niños, claro) para tener tiempo de calidad juntos. Los niños se quedarían en la casa con la ama de llaves durante esas dos semanas en la que sus padres se irían de viaje. María no mostró problemas a la decisión de sus padres, estaban en su derecho, y se sentía feliz de que hayan querido salir juntos a algún lugar y pasarla bien. Ryan, un poco más caprichoso, lloró mares diciendo que no quería que se fueran, y si lo hacían, que quería ir con ellos. Clararmente sus padres dijeron que no e intentaron explicarle de la manera más amable posible que no podía ir con ellos y debería quedarse en casa. Además tenía clases a las cuales asistir. Ryan siguió lloriqueando y quejándose de la situación, pero de todas formas sus padres se marcharon tres días después, un lunes, dejando a sus hijos con la ama de llaves. María lloró un poco, no estaba acostumbrada a estar lejos de sus padres mucho tiempo, pero estaba feliz por ellos. Ryan, bueno… Hasta se revolcó por el piso. Sus padres se fueron muy temprano, a eso de las seis de la mañana. Así que ahora los chicos tenían que desayunar y aprontarse para irse a la escuela.

Al las ocho menos cinco estaban ambos en sus instituciones respectivas. María se encontró con su mejor amiga Alicia.
– ¿Oíste lo que sucedió anoche?
– No, estuve ocupada con mi hermano menor. Mis padres se fueron de viaje por su aniversario de casados y anda todo el día lloriqueando, no salí en todo el fin de semana de casa. ¿Qué pasó?
– Bueno, que la señora Martins asesinó a su marido- ésto impactó a María, ¿que hizo qué!
– ¿Cómo que lo asesinó? Vamos, Alicia, no bromees con esas cosas, no es gracioso. La señora Martins no haría algo así. Ya la conoces, es como un pan de Dios.
– Si, como un pan de Dios. Pero lo hizo. Dejó el cuerpo de su marido en el jardín. La policía vino luego de medianoche a reitrar el cuerpo y a cuestionar a la señora Martins, pero lo extraño es que ni se la llevaron o algo por estilo. Como si lo que hizo no hubiese tenido ninguna repercusión negativa, ¿sabes? Como vivo en frente mis padres vieron todo lo que sucedió cuando vinieron los de la policía. Pero no dijero nada- María la observaba con el ceño fruncido y completamente confundida-, mamá se quedó ahí parada con cara de, “Oh, qué horror”, pero… No lo sé, es difícil de explicar.

María no podía creer lo que estaba escuchando. Al regresar de la escuela lo hizo junto a Alicia, le avisó a la ama de llaves que solamente fuese a buscar a Ryan, que ella se iría acompañada de una amiga y que no se preocupara. La verdad es que quería pasar por la casa de la señora Martins y confirmar si todo eso era cierto.
-Oh, ¡vamos! ¿No me crees? Ya vas a ver. Iremos a la casa de la señora Martins y le preguntaremos por su esposo. Verás que no está.
-Tal vez está trabajando.
-No, no. Estoy segura de que te dirá otra cosa. No será algo como, “Oh, el no se encuentra en casa por el momento” y esas estupideces- María no sabía que esperar, pero fueron juntas a la casa de la señora Martins.

Cuando llegaron María notó que en el jardín había rastros de sangre y que el césped se veía algo aplastado, como si algo pesado hubiese estado apoyado ahí por un largo tiempo. Alicia la miró con rostro aprobativo, entonces se dirigió hacia la puerta de la casa y tocó el timbre. La señora Martins abrió la puerta luego de unos segundos. Las saludos cálidamente y las invitó a pasar. María se sentía muy nerviosa. ¿Qué se suponía que le iban a preguntar? ¿Cómo abordarían el asunto del marido muerto?

-Señora Martins, ¿y su esposo?
-Oh, lo maté anoche. Estaba muy pesado, ¿sabes? Así que tomé una cuchilla y se la clavé en el abdomen. No tenía ganas de aguantar sus caprichos- María estaba anodada, lo dijo como si fuese algo cotidiano. Te molestas y pues, ya, tomas y acuchillas a alguien.
-¿Cómo? ¿Así como así?
-Pues… Sí – respondió la señora Martins-, así como así. ¿Qué? ¿Hay algún problema? ¿Te sientes bien María? Alicia también, te noto algo alterada.
-No, no -respondió Alicia-, es que nos tomó por sorpresa. ¿Y… cómo se siente usted?
-Pues estoy de lo más bien. Tranquila- María intervino-.
-Usted no trabaja, señora Martins, ¿cómo se las va a arreglar?
-Oh, pues, conseguiré algo. No es la gran cosa. Por favor, actúan como si hubiese cometido un delito que merece el castigo de Dios- María y Alicia sonrieron con vergüenza-. Pues claro que estamos alteradas, mató a su esposo porque no quería oír sus caprichos, aquellos que atestiguaron el asunto reaccionaron como si fuera algo normal, y usted está aquí sentada sin sentirse mal. Pensó María para sus adentros.

María y Alicia se despidieron, y María comenzó a caminar hacia su casa. Le comentaría sobre esto a sus padres vía Skype.

-Mamá, la señora Martins mató a su esposo ayer a la noche.
-Oh, ¿sí? Hmmm… ¿Qué habrá hecho para molestarla?
-¡Mamá! ¡LA SEÑORA MARTINS MATÓ A SU ESPOSO!
-Sí, ya entendí, ¿qué quieres que le haga? Las cosas son como son.
-O sea, que si tú un día te enojas con papá, ¿lo matarías?
-Tal vez, aún no se me ha pasado por la cabeza.
-Mamá, por favor, escucha lo que estás diciendo.
-¿Qué pasa, María? Oh, cariño, aún no sabes cómo funciona este mundo- María se alteró al escuchar las palabras de su madre y al ver su reacción tan calmada al respecto. Le dijo que se iría a dormir y cerró la laptop. A su madre no le dio ni tiempo de decir adiós. “No entiendo… ¿Cómo puede ser eso aceptable? ¿Qué es lo que está sucediendo?”, las palabras de su madre: “Oh, cariño, aún no sabes cómo funciona este mundo” seguían repitiéndose en su cabeza y no la dejaban conciliar el sueño. ¿Cómo se supone que debe funcionar el mundo?

ESCRITO POR GERALDIN DALTO, 14 DE FEBRERO 2018.
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