A veces los días son tan largos y a veces tan rápido pasan y eso nunca lo podes saber antes qué pasa. Simplemente sucede y nos enteramos en el transcurso.
Hoy en la mañana me desperté y me acordé que tenía una visita inesperada. En casa está viviendo un invitado especial. Le tengo de vacaciones al perro de mi hermana Sugar. El señor vino ayer en la noche y por suerte es un perro muy bien aprendido por lo que no hace pis durante la noche entonces lo primero que hay que hacer apenas me levanto es llevarlo a dar una vuelta para que haga sus cosas.
Como les contaba por un momento casi me olvido y me puse la pava para calentar el mate y hacerme unos huevos. En ese momento el señor se acercó y me tocó con su pata y me miró. Me estaba avisando.
Salimos hizo lo suyo volvimos y arranco el dia. Salimos a hacer compras, me acompañó por todos lados hasta después del almuerzo que estuvimos juntos yo a la tarde me encontraba con amigos para dar una vuelta en bici y terminar tomando algo y cuando me estoy yendo el señor se me ofendió porque lo dejaba solo y me lo hizo notar.
Salí a la calle con un poco de culpa que me hizo sentir el. Agarre mi bici y encare al encuentro. Primero para tomarme el tren y encontrarnos por puerto madero. Cuando llegué nos encontramos en un punto de encuentro que habíamos metido y empezó a caer el sol. Pedaleamos por todos lados bajando algunos tramos por av. Córdoba y después zigzagueando por los barrios intentando perdernos para encontrar algún rincón que sepa ser nido para nuestra parada. Finalmente encontramos uno muy bonito.
Nosotros tenemos el hábito de no quedarnos toda la noche en el mismo asique tomamos unas cañas y seguimos camino. Montamos las biclas de nuevo y seguimos en búsqueda de otro refugio que nos cobije y nos dé algo de comer también. Así seguimos camino hasta encontrarnos con una deliciosa pizza del abasto, pizzeria Roma. Una antigua de la ciudad que estaba perdiéndose en el tiempo y la reabrieron y resurgió de las cenizas como el ave fénix salvaron un gran valor de la ciudad.
Ahí nos pedimos un vermut y cerveza acompañándolo con 2 pizzas muy ricas que nos llenaron de energía para retornar. En ese último tramo nos quedamos casi ciegos apareciendo la luna que estaba resplandeciente y enorme mirándonos fijo desde allá arriba. Parecía que nos decía que vayamos tranquilos que ella nos cuidaba. Fue una noche muy hermosa en donde nos unió la amistad y las copas que en realidad esas copas y los bocados son la excusa para el encuentro para las demostraciones de afecto.
Muchas veces pienso, ¿que sería sin amigos la vida? ¿Qué sería sin amigos el mundo?