En el post anterior conocimos 4 perspectivas que partían desde la dualidad que el ser humano busca normalmente para conceptualizar, tratar de entender o razonar acerca de algo.
Cada una de ellas puede hacerse presente en cualquiera de nosotros, pudiendo reaccionar inclusive de manera distinta ante hechos o situaciones diferentes, más sin embargo pudiera darse el caso que una persona tenga una inclinación bastante pronunciada por reaccionar de la misma manera debido a la práctica cotidiana de alguna de estas perspectivas, en este caso podemos decir que ésta ya forma parte de la personalidad del individuo y por tanto pudiera alejarlo(a) de llegar a ser una persona “Optimista”.
Sabemos que nuestra imagen habla por sí sola, todos muy alegres y optimistas, más sin embargo, como somos fieles creyentes que la práctica hace al maestro, a continuación le presentaremos distintas formas de reaccionar ante un mismo hecho tomándonos de ejemplo, con la fiel esperanza que pudieran verse reflejados en cualquiera de estas perspectivas, así que pase, siéntese, póngase cómodo porque hemos llegado con otro post reflexivo
¡Ok! ¿Qué hemos imaginado esta vez?
Esta vez partiremos del hecho de estamos con alguien y pese a los pronósticos de la chica del tiempo empieza a llover. Aunque sepamos todos los pros y contras de las lluvias (porque lo hemos vivido), ilustraremos esta situación desde la óptica de un “negativo crónico”, un “positivo crónico”, “un inconformista” y “un conformista”.
El negativo crónico
Bert0: ¿Habéis visto Alana, que empezó a llover?
Alana: ¡Sí! Por suerte traje el paraguas
Bert0: ¿Y de que tanto puede servir? Si seguro acabaremos mojados, seguramente las calles se inundarán, el coche se me dañará porque le entrará agua, saldrán goteras nuevas en el techo, corremos el riesgo de que se tapen las cañerías y el agua nos llegue al cuello.
Alana: ¡Oye! Pero no exageres, seguro ahorita deja de llover
Bert0: ¿Que vas a saber tú?, si se equivocó la chica del tiempo que quedará para ti, ya no se puede confiar en nadie.
Alana: No tienes por qué tomarla conmigo
Bert0: No lo estoy tomando contigo, no seas exagerada, no se te puede decir nada, últimamente estas muy complicada.
Alana: Cómo quieras.
Bert0: ¿Visteis esto? Te lo dije, empezó a llover más fuerte.
El Positivo crónico
Josevas: ¿Ya viste Alana?, empezó a llover, Waaaaaooooo
Alana: ¡Sí! ¿Porque tanta alegría? estas que vuelas
Josevas: imagina todos los árboles que están esperando a que este hecho suceda, además que hay muchas personas que les hace falta la lluvia para que hagan un alto en sus vidas y vean lo imponente de la naturaleza, además después de cada lluvia podemos ver un arcoíris en el cielo.
Alana: ¡Oye! Pero no exageres
Josevas: No, no es exageración, es falta de percepción de tu parte, estás tan sumergida en lo cotidiano, abre tu mente, siente el olor a tierra mojada, asómate por la ventana, vive el momento que es único e irrepetible.
Alana: ¡Bueno! Pero yo sólo venía a decirte que…..
Josevas: ¡Shuuuu!, calla, sólo quiero escuchar el sonido de las gotas de lluvia.
El Inconformista
Karupanocitizen: No puede ser, empezó a llover
Alana: claro que puede ser.
Karupanocitizen: ¡No!, no puede ser, justo en este momento, es decir, yo si quería que lloviera porque ya estaba haciendo bastante calor, pero me pongo a pensar y mejor hubiese sido que no, porque de seguro después habrá más calor, además justo hoy lavé el carro y aunque estaba sucio ahora perderé el trabajo y ese tiempo lo hubiese invertido en otra cosa, me estresa esta perdedera de tiempo.
Alana: ¡Oye! Pero no exageres, seguro ahorita deja de llover
Karupanocitizen: Tú siempre de ilusa, nunca ves más allá de tus narices, si realmente evaluaras la situación, tendrías que sacar una matriz FODA ( por lo menos) para saber si efectivamente fue buena esta bendita lluvia.
Alana: Ya me estas estresando
Karupanocitizen: ¡Sorry!, caramba estás muy sensible, tampoco es para tanto, definitivamente son pocas las personas con las que se puede entablar una conversación amena, ya verás que extrañarás hablar conmigo si se va la luz producto de la lluvia.
El Conformista
Missael: ¿empezó a llover?
Alana: ¡Sí!, hace rato.
Missael: No me había dado cuenta, la neta
Alana: Umm
Missael: ¿Querías decirme algo?
Alana: Siii, recuerda que nos habíamos puesto de acuerdo para terminar un post juntos
Missael: ¡Sorry!, no podré salir, porque empezó a llover
Alana: pero si podemos trabajar desde aquí, además llevo rato esperándote
Missael: No! No sería igual.
Alana: ¡pero! ¿Por qué? Si es sólo sentarse y ya, además traje helado
Missael: No creo que sea conveniente, mejor hazlo sola.
Alana: ¡Oye! ¿Pero por qué eres así? Ya me estoy empezando a sentir mal con todo esto
Missael: Tranquila, no hay nada que hacer, la vida es así.
Y… ¿cómo hubiese sido la reacción de Optimista?
¿Quedaron con la incógnita de saber cómo reaccionaría?
Esa reacción la sabremos en la tercera parte de esta serie de publicaciones que hemos traído para ustedes a propósito del optimismo y el libro al que ya hemos hecho referencia.