En un principio, tras aprender el sonido de cada letra y cómo sonaban unidas en sílabas, era el descubrimiento cotidiano de cada palabra y su significado lo que invitaba a continuar en ese viaje.
Después, a partir de la adolescencia, la posibilidad de indagar acerca de las respuestas a preguntas, que probablemente ni siquiera nos atrevíamos a formular.
Más adelante, al llegar a adultos, la búsqueda de datos que fortalecieran nuestra posición de conocimiento en nuestro entorno o, simplemente, para atender esa vulnerabilidad que de vez en cuando nos afecta a todos: sentirse acompañado.
Desde el libro, hasta el periódico y la revista, y ahora los blog y las redes sociales, la lectura, es y espero que sea, una corriente inagotable de bienestar para mi, los míos y toda la humanidad. Gracias a los escritores, gracias a los lectores y gracias, especialmente, @bert0 por tu sentida y pertinente publicación.