Hace tiempo, por cuestiones de trabajo, me pidieron que hablara a un grupo de personas, no es algo a lo que yo estoy acostumbrado, sin embargo, me atreví a hacerlo, y con todo el miedo que implicó, lo hice, y después que terminé, me dije, ha Sido fácil.
Hay oportunidades en las que nos ponemos muchos límites nosotros mismos, e incluso nos creemos incapaces de hacer algo, y solo cuando no tenemos más opciones que asumirlo, que enfrentarlo, es en ese momento que terminamos de caer en cuenta de que somos muy capaces.
Por lo que a partir de ese momento, obligado al principio, me di a la tarea de exponerme a ciertas situaciones que sabía me atemorizaba, pero aún así me atrevía a retarme, porque básicamente es eso, retarse uno mismo para poder saber de lo que somos capaces.
Eso lo digo ahora, porque evidentemente que antes de ese momento en el que por obligación me correspondió tragarme mi miedo escénico y hablar en público para dar algunas orientaciones laborales, no podía hacerlo. Pero tenemos derecho a mejorar, podría decir que deberíamos estar en la obligación de mejorar, de siempre buscar retarnos y de esa forma emprender una especie de competencia con uno mismo.
Y digo que la competencia es con uno mismo porque si nos compramos con otras personas podríamos terminar por sentirnos mal, ya que hay personas que tienen habilidades y destrezas de las que nosotros carecemos, por lo que compararnos con otros podría ser un grave error. Centremonos en nosotros, y evitemos ver a los lados. Esto es una opinión personal.
