Tema:
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Decidí que iba a pintar todas las paredes de mi cuarto de azul. Se me ocurrió hacerlo después de ver una película. La película en cuestión no tenía mucho que ver con mi actual deseo de tener una zona azul en mi casa. O más bien, no podría decirlo, porque cuando terminé de verla, me percaté de que habían pasado ya 4 horas desde que me había sentado frente a la pantalla. Esto solo podía significar una cosa. Que mi abuso de sustancias estupefacientes alteró mi percepción al grado de que el largometraje volvió a empezar y yo no me pude dar cuenta, sino que entendí que la intención de la película era esa, volver a contar los hechos.
Entonces me puse a pensar en volver a contar algo de manera idéntica a cómo ya había contado. ¿Es siquiera eso posible? Me han dicho que todas las instancias de búsqueda de placer son un intento de recordar el momento de mayor placer de nuestras vidas, cuando todo era pleno, todo satisfecho antes de sufrirlo, en el vientre materno.
¿Y qué tendrá eso que ver con la necesidad de pintar mis paredes de azul?, me preguntarán ahora. Si mi drogadicción no es motivo suficiente paso a contarles lo siguiente. Una amiga está obsesionada con el mar. Dice que hay algo bello en lo profundo de éste. Y en eso profundo, encuentra cierta maternidad. Dice que tiene que ver con el amor, las madres, y lo que siempre cambia pero sigue igual, inalterable.
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