Desciende el universo para posarse en mi corazón, se entona el omnipotente, entramos en la misma frecuencia, la siento vibrar a través del Santísimo... ¿Quién diría que lo tendría tan cerca?
Se encuentra ubicada en lo insólito de la mente, esperando la fé con las puertas abiertas, la luz de la vela, se mantiene eterna en lo efímero del mundo, la humanidad por un instante logra perder al tiempo, disipando la mortalidad, abrigando los sueños.
El Jueves santo libera la verdad, me abre los ojos de todo mi cuerpo, se siente agradecido, explorando mi galaxia, salen por mis ojos un mar de reencuentros... Soy imparable, con la humildad de mi nuevo conocimiento, empleando lo que permanecía inexplorado.
Camino de mi nueva historia, radiante desde el centro de mi pecho, cumpliendo la ilusión que tanto pedía, llevando el rumbo con una cabalgata en compañía, resonando el entorno por nuestra alegría. Inexplicable el sentir que se funde con el universo, el alma mía sigue volando sin cansancio.
Fotografía: @betografo