Imagen de Jeff Jacobs en Pixabay
El hombre tiene sed.
El hombre en las alturas
duda de si mismo.
Aves oscuras pasan
con sus alas abiertas
oliendo las heridas
de la pasión y el misterio.
Oye desde lejos
el llanto de su madre.
Él va desnudo
de pies clavados
hacia la noche.
Levanta la mirada
habla al espíritu.
El padre lo observa.
Un poco más
y todo habrá acabado.
El cielo al fin
sostiene al hijo
en sus brazos.
La madre sabe.
Carga su cruz.
Llora en silencio.
Fuente
Gracias por leer
¡¡¡Felicidades!!!
Desde tu pluma poética conmemoras un año más los días Santos. Días de reflexión ante este evento que nos está tocando vivir con el alma en vilo. @oacevedo, un abrazo.