Predestinados [SIN EDITAR]

in #hilo6 years ago

Una antigua leyenda japonesa cuenta que aquellas personas destinadas a conocerse están unidos mediante un hilo rojo que tienen atado a sus meñiques, el “Unmei no akai ito”, que traducido del Japonés corresponde a El hilo rojo del destino. Esta leyenda tiene un marcado énfasis en el amor verdadero, significa que esa persona está destinada para ti desde nacimiento
Porque el tiempo no es quien decide el final perfecto, sino el destino.

Sylvana se encontraba tumbada en el sofá del departamento –que compartía con su hermana mayor– mientras buscaba algo interesante que ver en la televisión. La sala de estar estaba rodeada por la calidez de la limpieza que la chica menor había hecho poco tiempo atrás y que disfrutaría sólo un par de horas más hasta que Ivy –su hermana– regresará del trabajo. Si buscaba una palabra para definir a Ivy diría exactamente “libre” aunque también en el concepto entraban “desordenada” “despistada” “loca” “insegura” “leal” “destructiva” “seca” “idiota” “inteligente” “diferente” sí, podía hacerse de una definición con esas pocas palabras sobre la personalidad de Ivy. Pero no tomen a mal su pensamiento, para nada. Al contrario, ella amaba a Ivy, adoraba a esa chica extraña con una idea en mente cada día, con gustos extravagantes y amores aficionados. La diversión de Ivy distraía sus sentidos y pensamientos monótonos cada día desde que decidió vivir con ella seis años atrás.
Si bien el dolor había disminuido aun sentía el peso de la traición en el pecho.
Suspiro cansada por no encontrar nada interesante en la T.V y elige buscar entre la biblioteca de Ivy algo interesante para leer pero sabía muy bien que no encontraría nada nuevo, pues Ivy no había adquirido nada en dos semanas y eso causo que su desesperación creciera ferozmente.
¿Por qué volvía a pensar en el pasado?
Las personas cambian, su pasado no.
Rayos, odiaba a Cipriano por ser tan filosófico.
Tomo una bocanada de aire y esta vez se dirige a la cocina por algo de tomar, específicamente un té de limón helado pero como la suerte no era su mejor compañera en los poco minutos que llevaba descansando, en el refrigerador no había ni una pizca de su preciado té.
Soltó un gruñido al mismo tiempo que la puerta era azotada y los gritos de una conversación telefónica destrozaban la atmosfera de tranquilidad que absortaba a la chica.
¿Ivy?
Se interrogo la chica menor desconcertada por la llegada repentina de la mujer de pelo negro lacio y largo.
—Oh vamos Harrison —. Chilla su hermana.
Sylvana sale de la cocina con el ceño fruncido, era extremadamente irracional que la mujer frente de ella estuviese en casa a esa hora.
Vio su reloj de pulso y la curiosidad aumento dentro de su ser.
15:30.
Se suponía que Ivy salía del trabajo a las 16:00 horas, iba a un café cerca del trabajo, luego pasearía un rato por sitios específicos que había escogido durante su descanso de media tarde –todos los días era distinto–, iría a su dulcería favorita y luego tomaría fotos al estilo Tumblr de un algún llamativo retrato artístico callejero. Su hermana cambiaba la rutina todos los meses, nunca se sabía que haría el siguiente. Por eso era genial la mayor de ellas.
—Está bien Harrison —. La chica mayor corto la llamada encontrándose con una Sylvana observándola como sí de un alíen se tratase.
— ¿Qué haces aquí? —. Fue lo que salió de su boca antes de tocar la frente de Ivy.
La mayor sonríe con ironía. —Hola Sylvana, sí estoy bien, y también he tenido un lindo día ¿Qué tal estas tú? Eres muy amable de preguntar —. Su tono sardónico hace sonreír a la chica de cabello cabellera corta.
—Lo siento —Se disculpa. —Pero se me es muy extraño verte a esta hora en casa —Confeso rápidamente mientras ayudaba a la chica a llevar su maleta al living.
Ivy suspira mientras lleva ambas manos a sus caderas.
—Pues… —La mayor se tira en el sofá provocando que los almohadones cayeran al piso inmediatamente.
— ¡Oye! —Grito Sylvana cuando vio todo su trabajo destruido.
Ah, pensé que duraría un poco más.
Se resigna mentalmente la menor.
Bien.
Esto es lo típico.
— ¿Qué tal tú día Sylvy? —La mayor ignoro el quejido de la menor.
Sylvana resoplo y se sentó frente a su hermana mayor rendida, ya no discutiría con Ivy.
—Nada fuera de lo normal —Se encoje de hombros echando la cabeza hacía atrás.
Ivy analiza a Sylvana.
— ¿Estás preparada para el viaje? —La mayor mordió su labio inferior en espera de la respuesta de la chica de cabellera negra y corta.
—Sí, supongo. Es en dos días. Todo está listo —Dice relajada esbozando una sonrisa.
—Uh —. Ivy entrelaza sus dedos colocando la mano en su rodilla. —No tuve trabajo hoy Sylvana, al contrario estuve haciendo otras cosas.
Eso llamo el interés de la chica más joven.
— ¿Ah? —. Cuestiono.
—Sí, pero no mal interpretes cariño —. Advierte. —Hermana ¿Puedes hacer las compras? Creo no tenemos mucho en el refrigerador.
Se excusa ella.
Sylvana había captado rápidamente, su hermana traía algo entre manos.
— ¿Por qué no vas tú? —Ataco.
—Es mejor que lo hagas tú Sylvy —. Riño.
— ¿Por qué yo? —Vuelve a soltar una queja.
—Porque tú vieja hermana está cansada por ir de aquí a allá —. Ivy se levanta de golpe del sofá y camina directamente al baño. — ¡Ve rápido, niña insolente!
Mando con un grito desde el baño.
—Bien~
Sylvana tomo su suéter del perchero y tomó la tarjeta de la cartera de Ivy.
Sí ella no iría y me forzaba a mí para hacerlo, al menor debía pagar con su dinero.
Pensó.
La chica salió de la casa antes de que cantará un gallo dejando a su hermana cuestionándose en la recamara del baño.
¿Está bien lo que hice?
¿Qué pasará?
Que sea lo que el universo quiera.
Retomo sus acciones, tratando de desviar sus pensamientos, mientras que una Silvana con un enorme suéter caminaba ocho cuadras para llegar al mini maker más cercano y hacer una pequeña cesta de alimentos básicos para dos días.
Presentía que algo pasaría, su instinto se lo decía.
Ivy nunca hacía las cosas sin tener un interés de antemano.
Eso le preocupaba.
— ¿Qué tienes entre lazos, hermana? —Se preguntó con inquietud.

—Uno de estos —. Tomó el té de limón helado del estante cercano pero para su desgracia –cosa común aquel día– el paquete estaba roto, pues su última opción era tomar el del estante más arriba y ella no tenía la estatura suficiente para llegar a él.
Decide marcharse y dejar su precioso té ahí, sin embargo como si un ser supremo escuchará sus suplicas; una persona –evidentemente más alta que ella– tomo el té y le alcanza el paquete.
La chica con buenas intenciones –feliz de tener el té entre sus manos– se gira para agradecer a la buena persona que le había ayudado.
Pero sus palabras quedaron selladas al reconocer el rostro de la misma.
—Luka… —Sus labios se movieron para pronunciar aquel nombre que hacía mucho no salía de ellos.
Lo sabía.
Sabía que pasaría algo y sabía que mi hermana tramaba algo…
Sin embargo no se imaginó en sus posibles variantes que fuera él. Ese problema que llevaba por nombre “Luka” y que fue parte de su pasado.
— ¿Qué haces aquí gaznápiro? —. Pregunto con total naturalidad.
Como si todo estuviese bien entre ellos.
—Me siento alagado de ser recibido por tus bonitas palabras Sylvana —. Ironizo el chico con elegancia.
De verdad lo odiaba.
El corazón de la chica estaba palpitando muy rápido. No mentiría pero sinceramente ya no le importaba.
Quería matar a ese desgraciado.
—Te odio —Menciono ella. —Me encanta que te alaguen mis bárbaras palabras, imbécil —. Murmuro sin darse cuenta que él la escuchaba.
—Ay, no has perdido tú hermoso sentido del humor, querida —. Ataca el chico.
Si debía definir la historia de ella y Luka lo haría así:
Fue su primer novio, durante seis meses todo fue amor y cursilerías infantiles, había peleas pero nada que no pudiese solucionarse, tenían opiniones diferentes, pensamientos diferentes, tenían objetivos diferentes, pero eso no significaba que eran opuestos, todo lo contrario.
Su relación era como una formula física ¿Cómo así? Los opuestos se atraen.
O más bien, las almas están destinadas a estar juntas.
Ya no creía en esas idioteces… O tal vez sí, un poco.
Quería no creer todo el royo que se armaba en su cabeza pero, era imposible con tanta evidencia.
— ¿Qué haces aquí? —Fue su pregunta.
Sylvana camino tratando de deshacerse del chico pero entendía muy bien que no lo lograría fácilmente.
Luka era persistente.
Con los pasos del castaño detrás de ella escucho la respuesta silenciosamente, pues la había dejado helada.
—Te buscaba.
— ¿Para qué? —Una respuesta cortante fue lo que recibió el chico.
—Necesito hablar contigo.
— ¿Luego de seis años? —Ríe irónicamente ella.
—Es en serio —Menciono él.
—Lo veo innecesario, pero… —Se detuvo.
¿Estaba preparada para escuchar su versión de la historia?
No, pero era fuerte. Desde hacía unos años era una chica fuerte.
—Habla.
Finalizo la chica.
—Antes quiero preguntar algo. —Hizo una pausa. — ¿Puedo?
Interrogo. Sylvana asiente de manera afirmativa.
— ¿Estás bien? —La chica arquea una ceja.
— ¿Eso importa ahora? —La chica creo un vaho con el frío que hacía dentro de la tienda, además del clima externo a ellos.
En la pared en el área de carnes había un reloj; 17:30.
—Siempre me ha importado —Bien, se había quedado sin ideas Sylvana.
— ¿Ivy sabía que estarías aquí? —Responde con una pregunta.
—Todo fue idea de ella —. Luka apenado baja la mirada.
—Lo supuse desde el principio —Admite ella. —Estoy bien, gracias por preguntar.
Sylvana se dirigió a la caja para pagar.
Para su suerte quien la atendió fue un chico o tal vez no…
—Hey, ¿Cómo estas bonita? —Claro, era su amigo, Nathaniel.
—Súper ¿Qué tal tú? —Respondió con entusiasmo ella.
—Excelente —Una sonrisa, muy bonita a opinión de ella. Pero muy coqueta y ridícula a opinión de Luka, fue lo que recibió como segunda respuesta.
El ambiente era incómodo para el chico castaño que llevaba por nombre Luka.
La conversación entre el tal Nathaniel y Sylvana era muy entretenida mientras el chico coqueteaba con la pelinegra y facturaba los productos que ella llevaría a casa luego.
Idiota.
Insulto el chico al cajero.
— ¿Sylvana te gustaría salir este sábado conmigo? —Escucho que el cajero imbécil pregunto.
Instintivamente reacciono Luka.
—No. Ella no puede —La mirada amenazante y el tono frío, cortante y grueso de su voz sorprendió a ambos chicos.

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Continuara hilo-rojo-2.png

Sort:  

Hola, me parece que te traes una historia interesante entre manos.
Sin embargo me costo un poco leerla ya que noté que esta un poco desordenada. Me refiero a esto:

Ah, pensé que duraría un poco más.
Se resigna mentalmente la menor.
Bien.
Esto es lo típico.

No entiendo quien dice o quien piensa que, porque lo separas con puntos y aparte. En diálogos los punto y aparte deberías usarlos cuando cambias de personaje. O para agregar algún suceso extra.

Lo otro que vi es que mencionas mucho los nombres de cada personaje. Retomando lo anterior, ya que son diálogos al separar lo que hace o dice cada personaje en párrafos el lector debería saber que dice quien, y solo tendrías que aclararlo de vez en cuando (en caso de conversaciones de dos)

La mejor recomendación que puedo ofrecerte para ser un poco mas practica en mi recomendación es que leas el dialogo de cualquier libro publicado y veas la forma en que se escriben los diálogos. Con una pequeña edición tu post quedaría mucho mas claro.

Con respecto a la historia, como te dije creo que es una historia interesante y el concepto del hilo rojo me encanta porque tiene un final... bueno mejor no digo el final para no spoilear a quien no conocen la leyenda.

Muchas gracias por el consejo, tomaré todo en cuenta.