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An Easter Week, a small group of relatives decided to go to the beach. We were a total of nine people: Six women cousins, a man cousin, my sister Rosana (@petronila) and me. When we were finalizing the details of the preparations, we met Julio, an old friend of the family. We had decided to go to Choroní
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or Ocumare de la Costa, since in either of these two places it was possible to rent a room with four or five beds and all sleep there. It wasn't going to be very comfortable, but it was pretty cheap. In addition, in those cases, one spends most of the night telling jokes, narrating stories and anecdotes and thus the night "passes quickly."
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In those places, generally, in the houses where they rent rooms they allow to go like this, in groups.
Anyway, it happens that we meet Julio and commenting on our plans he argues:
- "No, how are you going to pay, I have a house in Patanemo. Let's everybody go to Patanemo!"
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Total that ... well, we decided and we left. Having a house there would no longer be a need to pay for a room, we were really short of money, and in the preparations we made we said: "Well, the day we arrive we cook spaghetti, we take the sauce made with us and since Julio has a house there for sure he have plates, pots. We make pasta there, we take food from here to cook there in the house "
Oh, surprise when we got to the house: It was a house that was half done. It had no roof, it had no doors, it had no floor. There was absolutely nothing. The bathroom was a latrine almost a block away. When we had to go to the latrine, about 200 meters away, we had to go with the light of the moon because we didn't have a flashlight, and apart from that Julio yells at us:
- "Be careful there are snakes!"
Imagine: that montarascal, the latrine in the middle of the mountain, not a flashlight, only the moon ... What a terror we went through! That was awful!
And also, we are terrified of sleeping there, in that house without doors, as you can imagine. We were eight women and two men. Well, as we could, we slept there that night, on the bare floor. Without having to clothe ourselves with. We had not brought bedding since, supposedly, there was everything in that house. Total that the next day, Julio says that he has a tent to sleep on the shore of the beach that was quieter and safer than sleeping in that house that we did not know if we were robbed, or worse. Well, he grabs his tent and when we open it we realize that it had capacity for four people and we were ten people plus the luggage.
We breathe deeply. We would sleep at times, in turns. Sometimes they would get into the tent, after a while they would leave for others to enter. But when we decided to go to sleep the heat was killing all six of us who were sleeping inside the tent. My sister Rosana (@petronila) decided to leave because the heat, the suffocation, the asthma were killing her. But when she leaves, she was attacked by clouds of mosquitoes. There were like two million mosquitoes biting her. She had to get into the tent again. That was horrible but we resisted from Holy Wednesday until Easter Sunday, which was when we came. Other vacationers who were sleeping in their tent at the edge of the beach allowed us to sleep on their porch that had a mattress. There we slept two or three of us without even covering ourselves because we didn't have blankets and at night it was cold, very cold.
The neighbors, sometimes, when they had some food left over, they passed it to us. You can imagine how hungry we went. However, young people at last, we enjoyed our holidays immensely.
I invite you to visit the beautiful Venezuelan beaches.
This is my participation in the contest called by @qurator. Its bases can be read here
Una Semana Santa decidimos irnos para la playa un pequeño grupo de familiares. Éramos en total nueve personas: Seis primas, un primo, mi hermana Rosana (@petronila) y yo. Cuando estábamos ultimando los detalles de los preparativos nos encontramos con Julio, un viejo amigo de la familia. Nosotros habíamos decidido irnos para Choroní o para Ocumare de la Costa, ya que en cualquiera de esos dos lugares era posible alquilar una habitación con cuatro o cinco camas y dormir todos allí. No iba a ser muy cómodo, pero era bastante económico. Además que en esos casos uno pasa casi toda la noche echando chistes, narrando cuentos y anécdotas y así la noche "pasa rápido".
En esos lugares, generalmente, en las casas donde alquilan habitaciones permiten ir así, en grupo. En fin, pasa que nos encontramos con Julio y al comentarle nuestros planes él arguye:
- "No, cómo van a irse a pagar, yo tengo una casa en Patanemo ¡Vámonos todos para Patanemo!"
Total que...bueno, decidimos y nos vamos. Teniendo casa ya no habría necesidad de pagar habitación, íbamos cortos de dinero, realmente, y, en los preparativos que hicimos dijimos: "Bueno, el día que lleguemos cocinamos espaguetis, nos llevamos la salsa hecha y como él tiene una casa de seguro tendrá platos, ollas. Allá hacemos la pasta, nos llevamos comida de aquí para cocinar en la casa"
Oh, sorpresa cuando llegamos a la casa: Era una casa que estaba hecha hasta la mitad. No tenía techo, no tenía puertas, no tenía piso. No había absolutamente nada. El baño era una letrina que quedaba casi a una cuadra de distancia. Cuando nos tocaba ir al baño, a la letrina, a unos 200 metros de distancia, nos tocaba ir con la luz de la luna porque no teníamos linterna, y aparte de eso nos grita Julio:
-"¡Tengan cuidado que hay culebras!"
Imagínense ustedes: aquel montarascal, la letrina en medio del monte, ni una linterna, sólo la luna... ¡Qué terror pasamos! ¡ Eso fue horroroso!
Y además, nosotras aterrorizadas de dormir allí, en esa casa sin puertas, como podrán imaginar. Éramos ocho mujeres y dos hombres. Bueno, total que, como pudimos dormimos esa noche allí, sobre el piso pelado. Sin tener con qué arroparnos. No habíamos llevado ropa de cama ya que, supuestamente, en esa casa había de todo. Total que al día siguiente, Julio dice que tiene una carpa para ir a dormir a orilla de la playa que era más tranquilo y seguro que dormir en esa casa que no sabíamos si nos robaban, atracaban o algo peor. Bueno, él agarra su carpa y cuando la abrimos nos damos cuenta de que tenía capacidad para cuatro personas y nosotros éramos diez personas más los equipajes.
Respiramos profundo. Dormiríamos por ratos, por turnos. Unos ratos se metían unos a la carpa, al rato se salían para que entraran otros. Pero cuando decidimos irnos a dormir el calor nos estaba matando a las seis personas que estábamos durmiendo dentro de la carpa. Mi hermana Rosana (@petronila) decide salirse porque la estaban matando el calor, la asfixia, el asma. Pero cuando se sale la atacan nubes de zancudos. Eran como dos millones de zancudos picándola. Tuvo qué meterse en la carpa de nuevo. Aquello fue horroroso pero nosotros resistimos desde el Miércoles Santo hasta el Domingo de Resurrección que fue cuando nos vinimos. Otros vacacionistas que estaban durmiendo en su carpa a orilla de la playa nos permitieron dormir en su porche que tenía una colchita. Allí dormíamos dos ó tres amuñuñados sin arroparnos siquiera porque no teníamos cobijas y por las noches hacía frío, mucho frío. Los vecinos, a veces, cuando les sobraba algo de comida nos la pasaban. Se pueden imaginar el hambre que pasamos. Sin embargo, jóvenes al fin, disfrutamos nuestro paseo inmensamente. Les invito a visitar las bellas playas venezolanas.
Esta es mi participación en el concurso convocado por @qurator. Sus bases se pueden leer aquí
Por dios llegaste a la casa del terror jaja,ay manita que vacaciones tan terribles.Saludos desde Margarita
Hola, @marito74, ni tan de terror, amiga, nos dispusimos a disfrutarlo y así lo hicimos. Gracias por visitar mi blog.
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