Creo que la mayor riqueza y felicidad que podemos tener es estar presentes en EL PRESENTE. Una buena mirada, como la que has hecho al pasado, te aporta las bases necesarias para comprender lo efímera que es la vida y que de lo único que somos dueños es de nuestro tiempo. Lo que nos lleva a pensar en qué estamos haciendo con él.
Acumular cosas materiales solo trae más preocupación y eventualmente llegamos a ser dominados por ellas. Créeme que no es necesario poseer tanto para vivir y ser feliz, pero a menudo nos dejamos llevar por estándares impuestos en la sociedad y hasta en las redes. La mayoría de esas personas mediáticas no son felices ni llegan a conocerse ellos mismos. La mayoría de la gente que conozco no sabe lo que hace, ni idea tiene de lo que está haciendo con su vida.
Aprendizaje (¿cuántas cosas nuevas aprendemos en un año?)
Virtud (¿Trabajamos en ser virtuosos? ¿Trabajamos en responder con virtuosismo y con compasión a las situaciones buenas o malas que se presentan en nuestra vida? ¿Somos compasivos con nosotros mismos?)
Servicio (¿A cuántas personas somos capaces de ayudar cada día, con recursos, consejos, o simplemente estando ahí para escuchar?)
Exceso de preocupaciones (¿Cuánto tiempo de nuestro día pasamos preocupándonos por cosas que no están a nuestro alcance, ni dependen de nosotros?)
No es pobre el que tiene poco, sino el que mucho desea.
El Universo devuelve todo en la medida que damos. Pero uno no debe dar para recibir, uno debe dar porque en el dar se experimenta una gran felicidad. Mucha más felicidad que cuando recibimos.
😉