"Aprende a decir que NO sin sentirte culpable o creer que lastimas a alguien. Querer agradar a todos es un desgaste enorme"
—anónimo—
Desde pequeños se nos acostumbró que decir "no" era malo, cuando no queríamos algo decir "no", no era una opción. Teníamos que comer, hacer, ir e incluso saludar a quienes no queríamos sin derecho a negación y al crecer eso fue haciendo eco en nuestras vidas, al punto de llegar a ser incapaces de decir "no", cuando no queremos o podemos hacer algo y como dice la frase, es realmente desgastante.
Nos impusieron tanto el tener que hacer, el tener que poder, que el decir no, se nos hizo algo malo y está bien decir "no puedo, no quiero, no tengo", porque si el aceptar hacer algo que no puedes o quieres, te afecta o causa estrés, entonces te dañas a ti mismo, buscando ayudar a otro o hacer el trabajo que a alguien más le corresponde. Debemos normalizar el hecho de decir "no", más allá de cualquier motivo, por nuestra salud mental e incluso física, asumir compromisos extras solo nos genera cansancio, estrés y agotamiento, muchas veces accidentes u otros tipos de situaciones lamentables.
Enseñar a nuestros hijos a decir que "no" cuando no deseen hacer algo o no quieran hacerlo, está bien. Obedecer a los padres es una cosa, pero dejar a un lado sus deseos por complacer los de otros, es algo muy distinto e incluso peligroso. Todo comienza desde la raíz y la raíz es nuestra niñez.
Aprender a decir no, nos hace libres, felices y menos estresados. Saber que no somos culpables por negarnos ante algo, saber que también debemos dd cuidar de nosotros mismo y entender que no siempre vamos a poder con todo, es realmente liberador. Pero más allá de aprender a decir que "no", debemos aprender también a escucharlo.
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La sociedad nos impone complacer primero a los demas y despues nosotros. Pues no es asi, todo tiene un limite, y si hay que mandar la gente al C... se hace y punto.
Excelente reflexion
Gracias a Dios existe una diferencia abismal entre como nos criaron a nosotros y a como nosotros hemos criado a nuestros hijos, sobre a la hora de trasladar esos mandatos sociales y/o familiares que muchas veces nos han sido impuestos y que tantas limitaciones nos ha generado.
Despojarse de imposiciones y priorizar nuestro sentir nuestros deseos es muy importante, para mantener nuestra salud mental y por ende nuestra salud física y emocional.
Creo que los seres humanos nos vamos dando cuenta de que trata la vida a medida que vamos creciendo y vamos aprendiendo a escucharnos y tomar una pausa para ver como nos sentimos y actuar en consecuencia.
Sin dudas DECIR NO también es una opción.
Beso grande a las tres mosqueteras!
Así es querido Pablo, hemos aprendido y mejorado la crianza en muchos aspectos. No normalizando lo malo y normalizando lo que aunque digan que está mal, no lo está, como el hecho de decir que no, cuando se deba.
La vida sin duda es un constante aprendizaje.
Es sorprendentemente difícil aprender a decir que NO, porque luego te sientes acusado, sientes como te detestan y eso te hace sentir tan culpable! Pero, luego se encuentra ese escenario donde no sabemos decir NO y es aún más frustrante porque terminan abusando de uno, y uno se siente tan horrible que no sabe como pararlo.
Decir NO, lo libera a uno de muchas responsabilidades que no son de uno, nos regala libertad y bueno, las personas que no suman a nuestra vida se marcharan.