Luchamos para vivir. La muerte nunca es invitada. Siempre llega cuando menos la esperamos. Muchas veces nos toca la puerta y la convencemos que de visita primero está la vida. Que ella tendrá su tiempo mientras se pueda respirar. Debemos hacer de la lucha un constante vivir y generar esperanzas en nuestros semejantes, jamás rendirse. Muy bien tu relato. Sólo es una reflexión mía.
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La vida es una eterna lucha que solo llegará a su conclusión cuando fallecemos, sea de forma natural o de forma no natural. Y sí, como tú dices, no hay que rendirse: siempre debemos mantenernos una meta a corto, mediano y largo plazo. O si no se tienen metas, intentar trazar algunas de cumplimiento inmediato.
¡Un saludo, @jpulido0306 !