Tan lindos nuestros ancestros, el té debe ser bueno, pero esas palabras llegan hasta el alma y aplacan cualquier mal síntoma. En todas mis enfermedades desde los 4 años recuerdo el rostro de mi abuela a mi lado. Me acompañó hasta los 21 años mi última enfermedad la lechina. Hoy no tengo a mi abuela a mi lado, en estos momentos pasando por síntomas algo desagradables, de ella aprendí ser optimista con gran sentido del humor y esas ganas de seguir adelante, ese ímpetu cuando me decía: "debemos seguir hasta el último respiro". Hermoso articulo estaré atenta de esta planta. Gracias por compartir tan grata experiencia.
"Mis padres con esa tranquilidad y energía que los caracteriza me dijeron, ten calma hija aquí tu tienes la solución, además recuerda que siempre hay tiempo, solo recuerda practicar los ejercicios de respiración que ya te he compartido antes. Entonces luego de esas palabras, mi padre salió al jardín, le hizo una oración a la planta de albahaca y cantaba la misma canción que yo había escuchado cuando era niña y le retiró las hojas a mi planta de albahaca para que mi mamá me hiciera un té".
Nuestros viejitos son geniales, tanta sabiduría para compartir. Un abrazo desde mi alma @angelica7.
Que lindo leerte mi bella Lis, comparto cada una de tus palabras son tan sentidas que me encanta tu historia, además agradezco que la compartieras, siempre podemos aprender de quienes nos leen y de nuestros antepasados.
Me alegra mucho que te haya gustado, yo lo disfruté mucho y creo que allí está la clave en hacer las cosas que nos gustan.
Buena vibra querida Lis.