
The backstage of the world Olympics hides many mysteries (some of them are untouchable and remain hidden) and within these facts, there are problematic social strata that a more daring perspective on the part of some moviemakers can show. This is exactly one of the backgrounds of this movie, which is based on a true story and has the race as a source of inspiration to develop a very powerful and extremely multifaceted drama.
The plot revolves around two characters, Eric Liddell and Harold Abrams, two sportsmen in search of rise within the world of runners. They have totally opposite personalities and that makes them "competitors" to each other, but both need to overcome their limits for a greater good: helping the UK to spell the name of the country so that the world will remember it as a victorious and broken country paradigms in dark times within a dangerous society.
The movie shows the value of its strength by focusing on training young people for the Olympics that took place in Paris in 1924, and it does so through what the protagonists experience and / or witness in their lives and in the lives of other characters. Addressing themes such as differences in social classes, religion and xenophobia, the script shoots everywhere, and brings very important reflections... But unfortunately, it does not go into any of them and this is a failure.
On the other hand, the fact that the writers use these small "provocative hints" so that the movie gains more weight is well used (because it works) and even if this is a point that would need to be better addressed, it manages to bring important layers to the trajectory of the corridors. Liddell is a Scottish missionary devoted to God, while Abrams is a Jewish son of immigrants (who recently became a child) and who wants to stand out in Cambridge society.
The plot manages to benefit from these different sides because it is through them that the actions and consequences of the actions of each character bring relevant questions about each of the themes mentioned above. Liddell explores the more "natural" side (he decides to run with his original talent), while Abrams goes the other way and hires a coach, to discover and reinforce his talent. Two very different looks, however, with the same objective.
The pace of the movie is slow (and it can be really tiring for those who are not fully involved in watching it), but everything that happens here is to value each perspective that is shown within the movie to build something greater than its plot (which is basically about the world of running and its obstacles during training). A curious look (albeit in a superficial and "messy" way) about a chaotic society.
In the middle of 120 minutes, the script manages to be inspiring in many ways and gives us the opportunity to question what is still a problem within our society. The world in its social essence has changed, but it still suffers from several other types of prejudices that are still a big problem today (such as gender or social class prejudice, for example) and that still need to be urgently debated so that someday they are extirpated.
Technically, the movie is a real milestone in the history of Cinema because it has a range of very positive points: a good job in editing scenes, a photograph that favors long and open plans, an art direction that explores the internal and external scenarios well, in addition to its most iconic aspect... A soundtrack (composed by the Greek Vangelis) that became a true anthem for the athletics race due to its unquestionable quality.
Hugh Hudson directs Chariots of Fire knowing exactly what needs to be shown to the public (but he does it in a very "sliced" way and that takes away some of the impact of the story), and who writes is Colin Welland (who despite suffering from the Hudson's problem, he writes a plot engaged within his main proposal: to exalt the world of olympic runners). On the side of the protagonists, there is the duo of actors Ian Charleson and Ben Cross (with great performances).
El backstage de las Olimpiadas mundiales esconde muchos misterios (algunos intocables y permanecen ocultos) y dentro de estos hechos, hay estratos sociales problemáticos que una perspectiva más atrevida por parte de algunos cineastas puede mostrar. Este es precisamente uno de los trasfondos de esta película, que se basa en una historia real y tiene la carrera como fuente de inspiración para desarrollar un drama muy poderoso y extremadamente multifacético.
La trama gira en torno a dos personajes, Eric Liddell y Harold Abrams, dos deportistas en busca de la ascenso dentro del mundo de los corredores. Tienen personalidades totalmente opuestas y eso los convierte en "competidores" entre sí, pero ambos necesitan superar sus límites por un bien mayor: ayudar al Reino Unido a deletrear el nombre del país para que el mundo lo recuerde como un victorioso y roto. paradigmas de países en tiempos oscuros dentro de una sociedad peligrosa.
La película muestra el valor de su fuerza al enfocarse en la formación de jóvenes para los Juegos Olímpicos que tuvieron lugar en París en 1924, y lo hace a través de lo que los protagonistas experimentan y / o presencian en sus vidas y en la vida de otros personajes. Abordando temas como las diferencias de clases sociales, la religión y la xenofobia, el guión se dispara por todos lados, y trae reflexiones muy importantes... Pero lamentablemente no entra en ninguno de ellos y esto es un fracaso.
Por otro lado, el hecho de que los guionistas utilicen estas pequeñas "insinuaciones provocativas" para que la película gane más peso está bien aprovechado (porque funciona) y aunque este es un punto que habría que abordar mejor, se las arregla para traer capas importantes a la trayectoria de los pasillos. Liddell es un misionero escocés devoto de Dios, mientras que Abrams es un judío hijo de inmigrantes (que se unió recientemente) y que quiere destacarse en la sociedad de Cambridge.
La trama logra beneficiarse de estos diferentes lados porque es a través de ellos que las acciones y consecuencias de las acciones de cada personaje traen preguntas relevantes sobre cada uno de los temas mencionados anteriormente. Liddell explora el lado más "natural" (decide correr con su talento original), mientras que Abrams va al otro lado y contrata a un entrenador, para descubrir y reforzar su talento. Dos looks muy diferentes, sin embargo, con el mismo objetivo.
El ritmo de la película es lento (y puede resultar realmente agotador para quienes no se involucran de lleno en verla), pero todo lo que pasa aquí es valorar cada perspectiva que se muestra dentro de la película para construir algo más grande que su trama (que trata básicamente sobre el mundo del running y sus obstáculos durante el entrenamiento). Una mirada curiosa (aunque de una manera superficial y "desordenada") sobre una sociedad caótica.
Durante sus 120 minutos, el guión logra ser inspirador de muchas formas y nos brinda la oportunidad de cuestionarnos qué sigue siendo un problema dentro de nuestra sociedad. El mundo en su esencia social ha cambiado, pero todavía sufre de varios otros tipos de prejuicios que siguen siendo un gran problema en la actualidad (como el prejuicio de género o de clase social, por ejemplo) y que todavía necesitan ser debatidos con urgencia para que algún día se están extirpados.
Técnicamente, la película es un verdadero hito en la historia del Cine porque tiene un abanico de puntos muy positivos: un buen trabajo en la edición de escenas, una fotografía que privilegia los planos largos y abiertos, una dirección de arte que explora bien los escenarios internos ey externos, en además de su aspecto más icónico... Una banda sonora (compuesta por el griego Vangelis) que se convirtió en un auténtico himno de la carrera de atletismo por su indiscutible calidad.
Hugh Hudson dirige Carros de fuego sabiendo exactamente lo que debe mostrarse al público (pero lo hace de una manera muy "cortada" y eso quita parte del impacto de la historia), y quien escribe es Colin Welland (quien a pesar de sufriendo el problema de Hudson, escribe una trama comprometida dentro de su propuesta principal: exaltar el mundo de los corredores olímpicos). Del lado de los protagonistas, está el dúo de actores Ian Charleson y Ben Cross (con grandes actuaciones).
Os bastidores das Olimpíadas mundiais escondem muitos mistérios (alguns deles são intocáveis e continuam escondidos) e dentro desses fatos, existem camadas sociais problemáticas que uma perspectiva mais ousada por parte de alguns cineastas consegue mostrar. Esse é exatamente um dos planos de fundo deste filme, que é baseado em uma história real e tem a corrida como uma fonte de inspiração para desenvolver um drama muito poderoso e extremamente multifacetado.
A trama gira em torno de dois personagens, Eric Liddell e Harold Abrams, dois esportistas em busca de ascensão dentro do mundo dos corredores. Eles tem personalidades totalmente opostas e isso faz deles "competidores" entre si, mas ambos precisam superar os seus limites para um bem maior: ajudar o Reino Unido a cravar o nome do país para que o mundo lembre dele como um país vitorioso e que quebrou paradigmas em tempos obscuros dentro de uma sociedade perigosa.
O filme mostra o valor da sua força focando no treinamento dos jovens para as Olimpíadas que aconteceram em Paris, em 1924, e faz isso através do que os protagonistas vivenciam e/ou presenciam em suas vidas e na vida de outros personagens. Abordando temas como diferenças de classes sociais, religião e xenofobia, o roteiro atira para todos os lados, e traz reflexões muito importantes... Mas infelizmente, não se aprofunda em nenhuma delas e isso é uma falha.
Por outro lado, o fato dos roteiristas usarem essas pequenas "pitadas provocativas" para que o filme ganha mais peso é bem utilizado (porque funciona) e mesmo que esse seja um ponto que precisaria ser melhor tratado, ele consegue trazer camadas importantes para a trajetória dos corredores. Liddell é um missionário escocês devoto a Deus, enquanto Abrams é um judeu filho de imigrantes (que enricou recentemente) e que deseja se destacar na sociedade de Cambridge.
A trama consegue se beneficiar desses lados diferentes porque é através deles que as ações e as consequências dos atos de cada personagem trazem questionamentos pertinentes, sobre cada um dos temas mencionados acima. Liddell explora o lado mais "natural" (ele decide correr com o seu talento original), enquanto Abrams vai no sendo contrário e contrata um treinador, para descobrir e reforçar o seu talento. Dois olhares bem distintos, porém, com o mesmo objetivo.
O ritmo do filme é lento (e realmente pode ser algo meio cansativo para quem não estiver com um total envolvimento ao assisti-lo), mas tudo o que acontece aqui é para valorizar cada uma das perspectivas que é mostrada dentro do filme para construir algo maior do que à sua trama (que basicamente é sobre o mundo da corrida e seus obstáculos em período de treinamento). Um olhar curioso (mesmo que de uma forma superficial e "bagunçada") sobre uma sociedade caótica.
Durante os seus 120 minutos, o roteiro consegue ser inspirador em muitos aspectos e nos dá a oportunidade de questionar o que ainda é um problema dentro da nossa sociedade. O mundo em sua essência social mudou, mas ainda sofre com outros diversos tipos de preconceitos que até hoje ainda são um grande problema (como preconceito de gênero ou classe social, por exemplo) e que ainda precisam ser urgentemente debatidos para que algum dia eles sejam extirpados.
Tecnicamente, o filme é um verdadeiro marco dentro da história do Cinema porque tem uma gama de pontos muito positivos: um bom trabalho na edição de cenas, uma fotografia que privilegia planos longos e abertos, uma direção de arte que explora bem os cenários internos e externos, além do seu aspecto mais icônico... Uma trilha sonora (composta pelo grego Vangelis) que se tornou um verdadeiro hino para a corrida do atletismo devido à sua incontestável qualidade.
Hugh Hudson dirige Carruagens de Fogo sabendo exatamente o que precisa ser mostrado para o público (mas faz isso de uma maneira muito "fatiada" e isso tira um pouco do impacto da história), e quem escreve é Colin Welland (que apesar de sofrer do mesmo problema de Hudson, escreve uma trama engajada dentro da sua principal proposta: exaltar o mundo dos corredores olímpicos). No lado dos protagonistas, está a dupla de atores Ian Charleson e Ben Cross (com ótimas atuações).
This post is shared to Twitter in support of @ocd and @ocdb's #posh initiative.
This is eye opening,I enjoyed the post @wiseagent
Thanks.
Good review! Oh and that soundtrack is really pretty good.
Thanks, @okann.
Yeah, that soundtrack is amazing!
The music of Chariots of Fire has become a universal classic.
It's an unforgettable classic and also, it's an inspirational song.