Hola querida amiga, me imagino la escena de verte corriendo detrás del camión de la basura y me da mucha risa, no te diste por vencida y pudiste recuperarlo, pero eso sí que estuvo cerca.
Te cuento que tuve un diario, creo que también a los 15 años pero yo lo tenía bajo la almohada y dormía en la parte de arriba de una litera que estaba junto a la ventana, el caso fue que supongo que se cayó por la ventana mientras dormía, porque en la mañana ya no estaba y tampoco lo encontré afuera. Nunca supe donde fue a parar.
Un abrazo, fue un placer leerte.
Menos mal que no existían teléfonos móviles sino estaría grabada por algún vecino en mi desesperada recuperación del diario dentro del colchón. Vaya misterio con tu diario ¿quien se lo llevaría para leerlo? La verdad es que esas escrituras diarias nos prepararon para estos espacios y las historias que contamos. Un gran abrazo.
Es lo malo de los diarios, que allí nos desahogamos con el alma y suele pasar que alguien más lo encuentra y lo lee y quedamos expuestas.
Es muy desagradable a veces que lean tus líneas, son algo tan privado y crees estar a salvo entre ellas. Agradecida por tu comentario.