Me ha sorprendido ver que muchas personas tienen una idea un poco errada sobre el crecimiento personal y el adecuado manejo de sus finanzas, pues viendo los consejos de muchos de esos pseudo gurus de las redes sociales, o las cosas son mediamente sencillas y todos deberíamos ser millonarios antes de los 20 años, solo que tu no estas haciendo las cosas bien, o simplemente hay algo malo contigo, que sigues sin encontrar tu mejor versión.

Realmente, llegar a esa posición de buen estado económico, o como muchos lo llaman, libertad económica, no es nada sencillo, y más que depender de sólo la cantidad de dinero que ganas, hay muchos otros factores como la disciplina, la organización, y hasta la suerte, que pueden ser mucho más decisivos para conseguir ese objetivo. Hay ciertas cuestiones de la cotidianidad que pueden dificultarnos esta meta, y pocos se dan cuenta de que esos problemas ,que muchas no le damos la importancia que se merecen, y están más cerca de lo que pensamos.
Para ilustrar todo esto quiero que se posicionen en el lugar donde pasan más tiempo y miren a su alrededor muy detalladamente. Para la gran mayoría este lugar es seguramente su hogar, un lugar que debe ser su santuario de paz y tranquilidad, donde puedan descansar y pensar adecuamente, y así tomar las decisiones adecuadas en nuestra vida.
Lo que ignoramos, es que hasta nuestro espacio más personal, puede convertirse en una trampa silencia, que no sólo puede robarte tu paz, sino además, vaciar tus bolsillos. Esa pila de ropa sucio que tienes en la esquina de tu cuarto, la pila de platos sucios en el lavado, o hasta, esos cajones llenos de cosas innecesarias, o que ni siquiera recordabas que tenias, pueden generar daños pequeños en tu psiquis, que unidos, podrían llegar a afectar tu percepción de las cosas.
Todo esto genera que inconscientemente desarrollemos malos hábitos, en los cuales nos sumergiremos, y estos pueden llegar a cambiar nuestra percepción, así como nuestra toma de decisiones. Puedes pensar que tal vez sea un poco exagerado esta afirmación, pero esto generalmente es un reflejo de como manejas tu vida, y por ende, tus finanzas.
Ese desorden no sólo es algo físico, algo tangible que puedes ver, sino que también envía señales a tu cerebro, y tu mente termina gastando más energía de la necesaria en estas banalidades. Cuantas veces no te ha pasado, que por el desorden de tus cosas, tuviste que gastate dinero por algo que tenías en una gaveta enterrado entre miles de cosas que no son indispensables, o así mismo, una multa o una cuota que se hizo más grande, solamente por el retraso de no cancelarla a tiempo, y teniendo todo bajo tus narices, simplemente no lo recordabas por el desorden.
Todo esto suma poco a poco, y cada vez se hace más grande, hasta que te ves sumergido en una dinámica negativa, que puede llegar a convertir tu casa en un campo de bloqueo para el crecimiento, y lo más triste, es que todos, al menos en una oportunidad, hemos estado sumergidos allí.
Para hacer un poco más personal este escrito, ahora quiero hablar de mi experiencia personal con este tema, pues aunque menospreciaba el impacto que puede tener cosas tan sencillas, cuando vas corrigiendo y tomando mejores hábitos, dia a dia ves como cambia tu vida, te sientes mejor en casa, descansas mejor, y las cosas importantes, las afrontas desde otro punto de vista.
Algo que solía hacer, y que me costó muchísimo cambiar, fue el orden en mi cocina, donde fácilmente podía iniciar mi día con una pila de platos en el lavado, pues suelo cocinar mi desayuno y almuerzo la noche previa, o incluso, en la mañana antes de salir a trabajar. Esto ocasionada que al llegar en la noche, ya cansado y con ganas de descansar, tuviera que luchar conmigo mismo para arreglar la cocina nuevamente, dejando que otras tareas de la casa se me acumularán, o lo que a veces era peor, lo tomaba como una excusa para evadir mis responsabilidades laborales o de estudio, haciendo que llegar a mi hogar a veces fue un suplicio.
Esto provocaba que a veces tuviera platos de hasta dos días acumulados, haciendo que tomará salidas rápidas como comer en la calle, pese a tener un refrigerador lleno de alimentos, que no sólo afectaba mi bolsillo por el costo de esta comida, si que además, a veces ocasionaba que se me dañaran ciertos productos de la nevera, haciendo que la sangría de mi poco dinero, fuera peor.

Esto no quiere decir que comer en la calle siempre sea malo, pues a veces necesitamos de estas acciones para distraer la mente y hasta socializar, pero tomarlo como una medida de escape es el problema, pues hasta tu salud se ve empeorada en estas situaciones.
La medida que tome fue la evidente, pero difícil de mantener viendo mis hábitos pasados, lavar todo y dejar todo limpio a medida que iba cocinando, dejando cuando mucho, un par de ollas en remojo para hacer mi futuro trabajo más sencillo. Esta tonta e intuitiva medida ha mejorado mucho mi vida, pues al llevar del trabajo ya no tengo ese pila de platos que a veces me martirizaban, aprovechando mejor mi tiempo en las noches para adelantar mi trabajo, estudiar, o simplemente, cuando no tengo cosas pendientes, poder descansar mucho mejor.
Mi salud también ha mejorado, he perdido un par de kilogramos, pudiendo incluso vestirme con ropa que tenía olvidada en el armario, pero lo mejor de todo, es que hace un par de meses, empece a tener un ahorro para el futuro, algo que era inconcebible meses atrás, pues me mantenía viviendo del día a día. Hay otras cosas que también he empezado a implementar, pero sin duda alguna, esta ha sido la que más impacto ha tenido, y únicamente requiere disciplina de tu parte.
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