Un fuerte golpe es un sonido que llama la atención de cualquiera, así me ocurrió a mí; estaba tomando algunas fotos en el parque zoológico cuando escuche una serie de fuertes golpes a una reja de metal. Quien golpeaba era esta Danta o Tapir, que se encontraba en una de las esquinas de su jaula y daba fuertes golpes a la puerta al mismo tiempo de que emitía fuertes quejidos.
Estar encerrado vuelve loco a cualquiera, hoy en día la humanidad contemporánea lo sabe muy bien, y es justamente después de recluirte en tu casa por meses cuando realmente entiendes lo que es estar encerrado. Hoy en día la humanidad entera sabe que sienten los animales en un zoológico, un pájaro en una jaula, un prisionero en la cárcel o que podría sentir un esclavo en aquellos días de antaño donde encerrar e imponer trabajos forzados a otros seres humanos era legal.
La libertad es quizás el bien más preciado con que venimos al mundo, y cuando este nos es arrebatado entendemos con claridad cuánto vale. Internamente muchos seres humanos gritan y golpean en las paredes de su mente debido al Confinamiento, sin embargo nosotros sólo llevamos unos meses; este Tapir o Danta lleva años en estas condiciones de Confinamiento, pero no para protegerlo de un virus sino porque por alguna razón fue traído al mundo de los humanos y de algún modo acabó en este zoológico.
Cabe decir que así el trato y la alimentación en el Parque Zoológico sean buenos, todos los seres vivos tenemos el deseo de ejercer nuestro derecho a la libertad; a nadie le gusta vivir entre barrotes o encerrado entre cuatro paredes, a nadie le gustan los límites y a ningún ser vivo le gusta que le digan hasta dónde puede llegar; pues nuestra curiosidad siempre nos lleva más lejos.