Como decía el poeta:
En la región oculta de las ninfas
El sesgo rayo a penetrar alcanza
Y alumbra al pie de despeñadas linfas
De las ondinas la nocturna danza.
Miro tus fotografías y pienso qué tan real puede ser la ficción. Mucho de lo que hemos leído, existe. Cuántas historias de hadas, maravillosas y fantásticas hemos leído ambientadas en este paisaje. Me gusta la explosión de colores dorados y amarillos, los reflejos, la idea del cielo de arriba y el cielo de abajo. Acogedor y mágico son las palabras que salen de mi boca. Abrazos muchos
A pesar de lo que se pueda creer, hay un hecho curioso y digno de constatarse: en este tipo de lugares y con estos supuestos tipos de seres ancestrales que los habitan, comenzaron las grandes dinastías reales. Ahí tienes, por ejemplo, a los Lusignan, que a día de hoy todavía se sienten orgullosos de que en sus orígenes, un pariente tomara por esposa a un 'hada', de nombre Melusina. Melusina que, además, fue un tema también tratado por el padre del Romanticismo alemán, Goethe, en su obra 'La nueva Melusina'. El padre Benito Feijóo, creía ciegamente en las sirenas y fue uno de los primeros cronistas que trató el tema del hombre-pez de Liérganes, en Cantabria. Y como digo en el post, hubo un reverendo también, el padre Kirk, que dedicó su obra a descubrir los secretos de este supuesto 'Pueblo Antiguo', cuyo máximo exponente, en el siglo XX, lo tenemos en ese mito viviente, que es Tolkien y su formidable obra. A veces, mi querida amiga, realidad y ficción puede que sean las dos caras de una misma moneda. Y como decía Shakespeare: hay más cosas en el cielo y en la tierra, de las que puede soñar nuestra filosofía. Abrazos mágicos.