Era un hombre muy joven y acatar al pie de la letra dichas indicaciones y otras más le costaba mucho , además su trabajo como funcionario de seguridad le creaba condiciones no muy favorables para este esquema con los trasnochos implícitos y situaciones de estrés y un día , sin ser uno de esos días de malestares , de dolores de cabeza , sudoración, de estrés , ni nada parecido ; simplemente una tarde de cocinar pasta integral juntos ; cayó a mis pies luego de una intensa carcajada por un cuento ameno.
Inmediatamente me di cuenta que convulsionaba, una aneurisma cerebral lo rebasó y arrebató de mi lado. Esto ha sido de las peores experiencias de mi vida, no hubo tiempo de nada y en un par de horas su cerebro ya estaba lleno de sangre y no hubo absolutamente nada que hacer por él.
Yo estoy segura , que de haber tenido una segunda oportunidad de vida hubiese hecho cambios radicales de estilo de vida gustosamente solo por vivir ,porque pese a los altos y bajos, a a salir de nuestra zona de confort , a modificar nuestro estilo de vida ; el regalo que Dios nos permite disfrutar de esta día a día no tiene precio.
Alégrate! abraza tu condición de presión arterial, no luches con ella, reconcíliate con la misma, ojalá puedas entenderme lo que te quiero decir y al cambiar la lucha por un transitar armónico con ella, cambiará hasta tu perspectiva y verás la vida como lo que es, como un sublime regalo que constantemente cambia y todo depende del cristal con que la mires. Permíteme expresarte mi más sincera admiración porque sé que no es fácil, pero lo lograrás de pie y saldrás alegremente victorioso. De eso estoy segura. Bendiciones mil.
¡Hola Yunuary María (@amymari)!
La historia de tu difunto esposo y lo que viviste me ha sorprendido mucho. Lamento lo sucedido; debió ser una experiencia terrible para ti. Aunque no trabajé en seguridad, como gerente de informática de un grupo de empresas también tuve que trabajar de noche y llegué a pasar hasta tres días sin dormir. Esto, por supuesto, tuvo consecuencias, y recuerdo que el médico me advirtió que debía dejar el cargo o delegar, porque estaba atentando contra mi salud.
En el tercer "evento" (así lo llama mi cardiólogo), viví una atmósfera de terror al notar que mi mano derecha no se movía. Tras unos minutos, la movilidad volvió, pero ese momento me dejó muy afectado. No soy una persona religiosa, pero sí creo en un Dios todopoderoso y misericordioso. Sentí un alivio profundo cuando vi que mi mano recuperaba su movimiento, y pensé que Dios, a través de un pequeño y gran milagro, me estaba brindando una nueva oportunidad.
Ahora, en esta nueva etapa de mi vida, me cuido mucho más. Me alejé de las grasas y las comidas rápidas, y entreno todos los días. Además, he tomado conciencia de que la hipertensión no es un virus o algo temporal; nací con ella, es una herencia, y le he dado el respeto que merece. Estoy convencido de que ignorarla fue lo que causó el evento, un grave error de mi parte.
Tu comentario es hermoso, me ha conmovido mucho, aun cuando empezó con el relato de lo que le sucedió a tu esposo siendo tan joven. He sentido una luz bella y una energía maravillosa en tus palabras, y por eso quiero expresarte mi agradecimiento. Desde este lado del planeta, tienes un amigo que está a tus órdenes.
Gracias también por tus bendiciones. Le pido a ese maravilloso Padre Celestial que bendiga tu hogar.
Nos seguimos leyendo.
Amén mi sabio amigo, este lado venezolano por acá igual le extiende una mano amiga y muchísimas gracias, me ha hecho el día con su sublime comentario. Saludos cordiales, éxitos y Bendiciones.