Con frecuencia veía las situaciones grises o difíciles como huecos y notaba como cuando parecía que había salido de ellos, iba de nuevo y por puro gusto y costumbre me lanzaba otra vez en ellos, pero algo de afuera: un consejo, un libro, una película, una señal, un recuerdo, mi propia conciencia o Dios, llegaba como una luz encandilante y me decía, que algo no iba bien y me sacaba de allí. Visto así puedo sentir que siempre va a estar esa luz para sanarme y siempre podré salir aún cuando no haya caído voluntariamente.
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¡Sin nada qué agregar!
Hermosa síntesis, @charjaim
Gracias por poner tus palabras aquí.