De pronto se sintió nube y se sintió cielo.
Me cae bien Beatriz. Todos los días y en cualquier momento, me maravillo de contemplar el cielo, las nubes, su dulce vaivén, sus distintas formas y figuras que forman, que a veces siento que me hablan. Y si miras mas arriba, no puedes menos que quedar extasiado de la inmensidad que no alcanzamos a ver. Me encanto este escrito, es maravilloso.