Why the obsession with complicating things? / Qué manía de complicar las cosas (eng-esp)

in Holos&Lotusyesterday

Hello, my friends.

The other day I was talking about that tendency we sometimes have (especially in some newspapers and television) to unnecessarily complicate language. Today I'll continue this topic, but in other aspects of life, since it's very easy to complicate things, but quite difficult to make them simple.


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Let's think about students. Their goal is to learn and pass. However, many dedicate themselves to looking for shortcuts that, in reality, are dangerous detours.

Some look for pills or drugs that promise to increase their performance and concentration. Others devise elaborate methods to cheat on exams.

The result is that the first approach can lead to serious health problems, even death. The second, to expulsion and a permanent stain on their record.

Neither path achieves the true objective: learning. They complicate their lives with unnecessary risks. The simple solution, the one that seems more laborious but is the only effective one, is to sit down and study consciously and consistently.

It's the least glamorous option, but it's the only one that doesn't bring negative consequences and, moreover, accomplishes what is desired.


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Another very common and destructive way to complicate everything is through lies. Telling the truth can be difficult in the moment. It can generate immediate conflict or disappointment.

That's why we often opt for a lie, thinking it's the easy way out. But a lie doesn't solve anything; it only postpones the problem and makes it bigger. One lie requires another lie to sustain it, and then another.

A web of fictions is created that must be remembered and managed. The anxiety of being discovered becomes a constant burden. The truth, however harsh, is spoken only once. It hurts, you face the consequences, and then you move on.

The truth simplifies. A lie turns you into the administrator of a house of cards that can collapse at any moment.


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Finally, our own mental attitude can be the biggest source of complications. A closed mind, clinging to its ideas and refusing to consider other perspectives, makes everything more difficult.

If you believe you are always right, every argument becomes a battle that must be won. If you resist change, every new thing becomes a threat.

This rigidity generates unnecessary conflicts at work, with family, and with friends. On the contrary, being open to listening, understanding that you might be wrong, and adapting to new circumstances makes life much easier.

Relationships flow, problems are solved collaboratively, and you grow. Stubbornness is a dead weight that forces us to carry an extra burden.


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In short, we ourselves are, most of the time, our own worst enemies. With our shortcut-seeking decisions, our lies to avoid immediate pain, and our closed-mindedness, we build unnecessary labyrinths. Simplicity is not synonymous with naiveté; it is the result of honesty, direct effort, and mental flexibility. And that, ironically, requires much more courage.


En español


Hola, amigos míos.

El otro día hablaba sobre esa manía que tenemos a veces (sobre todo en algunos medios de prensa y televisivos) de complicar el lenguaje de forma innecesaria. Hoy continuaré este tema, pero en otros aspectos de la vida, ya que es muy fácil complicar las cosas, pero bien difícil hacerlas sencillas.


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Pensemos en los estudiantes. Su objetivo es aprender y aprobar. Sin embargo, muchos se dedican a buscar atajos que, en realidad, son desvíos peligrosos.
Algunos buscan pastillas o drogas que prometen aumentar su rendimiento y concentración. Otros planean métodos elaborados para hacer trampa en los exámenes.
El resultado es que el primer caso puede llevarlos a problemas de salud graves, incluso a la muerte. El segundo, a una expulsión y a una mancha permanente en su historial.
En ninguno de los dos caminos se cumple el objetivo real: aprender. Complican su vida con riesgos innecesarios. La solución simple, la que parece más trabajosa pero es la única efectiva, es sentarse a estudiar de forma consciente y constante.
Es la opción menos glamorosa, pero es la única que no trae consecuencias negativas y que, además, cumple con lo que se busca.


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Otra forma muy común y destructiva de complicarlo todo es mediante las mentiras. Decir la verdad puede ser difícil en el momento. Puede generar un conflicto inmediato o una decepción.
Por eso, a menudo, optamos por una mentira, pensando que es la salida fácil. Pero una mentira no resuelve nada; solo pospone el problema y lo hace más grande. Una mentira requiere otra mentira para sostenerse, y luego otra.
Se crea una red de ficciones que hay que recordar y administrar. La ansiedad de ser descubierto se vuelve una carga constante. La verdad, en cambio, por más dura que sea, se dice una vez. Duele, se enfrentan las consecuencias, y luego se sigue adelante.
La verdad simplifica. La mentira te convierte en el administrador de un castillo de naipes que puede derrumbarse en cualquier momento.


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Finalmente, nuestra propia actitud mental puede ser la mayor fuente de complicaciones. Una mente cerrada, que se aferra a sus ideas y se niega a considerar otras perspectivas, lo dificulta todo.
Si crees que tienes siempre la razón, cada discusión se convierte en una batalla que hay que ganar. Si te resistes al cambio, cada novedad se transforma en una amenaza.
Esta rigidez genera conflictos innecesarios en el trabajo, en la familia y con los amigos. Por el contrario, estar abierto a escuchar, a entender que puedes estar equivocada, y a adaptarte a las circunstancias nuevas, facilita la vida enormemente.

Las relaciones fluyen, los problemas se resuelven con colaboración y la persona crece. La terquedad es un peso muerto que nos obliga a arrastrar una carga extra.


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En resumen, nosotros mismos somos, la mayoría de las veces, nuestros peores enemigos. Con nuestras decisiones buscando atajos, con nuestras mentiras para evitar el dolor inmediato y con nuestra cerrazón mental, construimos laberintos innecesarios. La sencillez no es sinónimo de simpleza; es el resultado de la honestidad, el esfuerzo directo y la flexibilidad mental. Y eso requiere, curiosamente, de mucho más valor.

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Cuán certeras tus reflexiones y cuánto se dejan de lado en nuestra sociedad actual...
¡Gracias por traerlas de este modo tan profundo!

!INDEED

Gracias a usted por sus palabras.
Un abrazo, amigo!

Hermoso texto, hermoso, claro y necesario. Me gustó cómo señalas que la sencillez exige valentía desmontas atajos, mitos, mentiras y terquedades con ejemplos concretos que invaden nuestro día a día. Lo leí con calma y cierta paz interior, como se leen los buenos consejos que dan los amigos. Gracias por compartir esta guía tan práctica y humana. Bendiciones.

buena reflexión