Feliz tarde, amigos y amigas de Holos & Lotus, espero que estén muy bien.

Acabo de entrar a revisar cómo va la comunidad y me encuentro con una publicación que pareciera que me describe al pie de la letra. Me da risa, porque el tema forma parte de mis días y de los chistes que me hacen en casa. "El olvido cotidiano" y al leer a @damarysvibra, me identifico tanto que me río y pienso: "¡Bien! ¡No estoy mal de la cabeza!

_{Imagen creada en CANVA}

Y es que a mí y a los tres chiflados nos pasan unas cosas con el olvido. Más que olvido es distracción. No me quiero excusar, pero es que de verdad me distraen y me distraigo.

Tengo una y mil anécdotas para contar, que no sé por dónde empezar.

Me encanta cocinar, y me quedan muy buenas las comidas (modestia aparte), pero tengo que estar ahí, encima, mirando, porque si no, se me quema, se me derrama, se seca, o se lo lleva la gata (esto último, ya no es por olvido). Hay muchos memes que me identifican, como el de que en un momento estás mirando las tajadas, luego volteas y se queman. Me pasa.

Me gusta ir lavando los platos y los utensilios que se van ensuciando mientras cocino, y ya eso me distrae... Por ejemplo, si estoy friendo algo y me voy al lavaplatos a limpiar lo que se va acumulando, ahí me quedo, voy limpiando, ordenando, tarareando, hasta que ¡Oh No! ¡Me huele a quemado! La solución que me obligo a aplicar, es quedarme ahí, al lado de la sartén, la olla o lo que sea que esté utilizando para cocinar, hasta que esté listo y en su punto. Cuando lo que estoy preparando requiere de más tiempo de cocción, entonces sí me permito ir avanzando con la limpieza de los utensilios.

Como me gusta ir haciendo de todo un poco, me he visto con muchas cosas empezadas y pocas acabadas. Entonces en eso también me he puesto pequeñas normas. Me concentro en terminar lo que comencé para no dejar nada a medias. Pero si me distraen en el camino, ahí me quedo.

¡Es que en serio, me distraen!

En mi día a día, recibo llamados constantes. ¡Mamá, mamá, mamá! me llaman mis hijos a cada instante y junto a mi esposo y mi papá, son de los que más requieren de mi atención. Yo me entretengo muy fácilmente y si mi papá o mi mamá, me llaman para echarme un cuento, ahí me quedo. Y dígame si están de visita en casa, mi cuñada y mi hermano, díganle adiós a todo, ahí me quedo con ellos, habla que te habla.

No soy adicta al celular, al contrario, no lo uso casi, pero sí soy de las que disfrutan conversar y esa es una de las cosas que más me distraen. Cuando estoy atendiendo a clientes en Panchitas Burgers, me esfuerzo, por no distraerme y gracias a Dios, lo logro, aunque una vez se me quemó la kétchup. Los amigos que llegan a comer a Panchitas me llaman: "Ven Lili, siéntate con nosotros" y si no tengo mucho que hacer, los acompaño y disfruto de la conversa, pero si estoy muy ocupada, les paso por un ladito, les sonrío y les digo "El deber me llama".

Aplicando estrategias:

Cómo sé que se me hace fácil distraerme, aplico estrategias para salir airosa de cualquier actividad.

_{Imagen creada en CANVA}

Coloco alarmas que me recuerden cosas importantes.
Les pido ayuda a quienes me rodean, les digo por ejemplo: Tengo la salsa de la kétchup en el fuego, por favor, si me ven distraída, recuérdenme de apagarla. Estoy llenando los tanques de agua, pendientes por favor.
Hago listas con categorías o de acuerdo a la prioridad para que no me pase el día sin hacer "eso" que me prometí hacer, o debo hacer.
Si es en la cocina, me quedo ahí cerca y me concentro en estar pendiente.
Cuando activo la lavadora, tengo que estar atenta a que no se me olvide que tengo la ropa ahí metida. Para eso coloco una alarma cada 15 minutos y así estoy pendiente.

Olvidos comunes. Anécdotas:

@damarysvibra, nos comparte en su publicación varios olvidos que estoy segura, muchos hemos experimentado, como el de ir a la cocina o a la habitación y olvidarnos para qué fuimos.

Yo creo que es que estamos en todo a la vez, haciendo, pensando y no nos concentramos. Les comparto algunas anécdotas donde me he dicho, ahora sí que me volví loca:

Una vez fui a buscar una cucharilla y ahí donde van los cubiertos, estaba mi cepillo de dientes... Fijo que cuando lo fui a guardar, estaba tan pendiente del café que me fui directo a la cocina y guardé el cepillo junto a los tenedores y cucharillas.

Me pasó que fui a tomar agua y cuando ya casi me servía, en mis manos tenía una cucharilla y no un vaso.

Unos clientes me pidieron que, por favor, no le agregáramos mostaza a su pedido y se me olvidó avisarle a mi esposo. Me dio mucha vergüenza.

Una vez cuando trabajaba de docente, llegué al liceo y cuando ya era la hora de entrar al salón de clases, me di cuenta de que no llevaba mis cosas. Me había ido a trabajar sin el maletín. Llamé a mi esposo para que me lo llevara.

Y no sigo porque se van a reír mucho de mí, ja ,ja ,ja ,ja. Una vez fui a hacer un depósito y había dejado el dinero en casa...

Fuente

El olvido cotidiano. Entonces, ¿no soy la única?

¡Es que en serio, me distraen!

Aplicando estrategias:

Olvidos comunes. Anécdotas: