Recordar es vivir y cuando estos son momentos chistosos o agradables, por supuesto que sí, y esta oportunidad que nos da Reir es gratis y @lisfabian es demasiado buena para dejarla pasar y poder compartir con ustedes algunas anécdotas de la vida.
El carnaval debo reconocer no era de una de mis festividades favoritas porque no me gustaba que me mojaran sin yo estar jugando y eso era muy frecuente en el lugar donde yo vivía, así que esos días prácticamente no salía de la casa, porque además de agua, te podían tirar huevos, barro entre otras cosas. Sin embargo si tengo algunos recuerdos, que ahora me resultan graciosos.
Cuando estaba en sexto grado, hicieron un concurso en la escuela, que por cierto era una escuela pública solo de niñas, para elegir a la Reina del Carnaval. Mis amigas del salón me propusieron como candidata, pero en esa época de mi vida yo era muy tímida y callada, y esas cosas no me gustaban, pero no me quedo más remedio que aceptar. Todas las candidatas hicimos un recorrido por los salones para que las niñas escogieran a la que sería la reina. Bueno... no quedé, pero fui princesa. Mi mamá me hizo un vestido largo y me acuerdo que era de color azul con una franja dorada por los lados. Me peinaron con un moño. Y acá les muestro la fotografía con mi hermanita disfrazada de paje.
La fiesta se hizo en el patio de la escuela y para nuestra sorpresa habían invitado a los cadetes de la academia militar, para que fueran nuestros acompañantes, creo que alguna de las madres tenía un hijo estudiando allí y esta quedaba en el Valle, en Caracas, donde vivíamos. Se imaginan nuestros rostros cuando vimos entrar a esos bellos muchachos vestidos con su uniforme de gala, no lo podíamos creer. Allí se me quito toda la enfurruñadera que tenía porque no me sentía cómoda con el papel de princesa y a bailar se ha dicho.
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En el edificio donde yo vivía teníamos unos vecinos muy bochincheros y en carnaval les encantaba jugar con agua. Casi todos participábamos de este juego. La vecina del apartamento de enfrente y sus hijos, mi mamá y sus cinco hijas que vivimos en planta baja, echábamos agua con ollas, tobos, lo que fuera, a los vecinos de los apartamentos de arriba y ellos a nosotros. Aquellos pasillos y escaleras chorreaban agua. Era muy divertido. Así pasamos toda la tarde del martes del carnaval. Pero la diversión se acabó cuando llegó mi papá, con unas cervecitas de más y nos encontró en pleno desastre.
Entramos a la casa y mi papá se puso a discutir con mi mamá, porque a él no le gustaban esos bochinches y mucho menos con los vecinos de arriba. Mi mamá tratando de apaciguarlo y nosotras un poco asustadas por los gritos de mi papá. Él agarró una de las ollas que estábamos usando para jugar y la tiro con fuerza al piso. Yo pegue un brinco del susto. Y mi hermanita más pequeña, creo que tendría como tres o cuatro años, aquello le pareció una gracia y fue a buscar una sillita que nos había hecho mi abuelo y se la dio a mi papá y le dijo. ¡Papi tira esta también!. JA JA JA, allí a mi papá se le pasó la rabia y todos nos reímos mucho.
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Cuando entré a estudiar en la Facultad de Agronomía de la UCV con sede en Maracay, yo venía de Caracas y este era mi primer semestre y mi primer carnaval allí. Bueno les diré que aquello era el desastre total, los estudiantes de semestres superiores prácticamente aterrorizaban a los otros estudiantes sobre todo a los nuevos a quienes nos llamaban peluos, porque tenían la costumbre de cortarle el cabello a todo estudiante nuevo que entraba. Gracias a Dios cuando yo entré esa costumbre estaba prohibida.
Había una fuente cerca del cafetín que pasaba todo el año sin agua, llena de hojas y tierra. El decano de la Facultad, justamente una semana antes de carnaval, la mandaba a limpiar y a llenar con agua. Se imagina cuál era su intención, no es difícil saberlo. Ese día yo tenía un examen y como buena y responsable estudiante que era, me fui a la entrada del salón a esperar que llegara el profesor y mis compañeros. Al pasar los minutos no llegaba nadie y escuchaba gritos que me empezaron a poner nerviosa. De repente, vi a un muchacho que corría por el pasillo con una turba de estudiantes detrás de él. ¡Corre que te van a agarrar! me grito al pasar por mi lado. Yo apenas tuve tiempo de hacer el intento. Me agarraron entre varios. A unos de ellos le decían el Zurdo. Era un muchacho del último semestre que andaba en una moto con el pelo y la barba muy largos, era el más terrible y hasta a los profesores hacía correr. Muchos años después fue mi compañero de trabajo e hicimos una bonita amistad y seguía siendo el mismo loco, pero con el pelo corto. Bueno les sigo contando, me llevaron cargada hasta la fuente y me balancearon para tirarme allí, yo lo único que pude decir fue que no me mojaran mis cuadernos y mi cartera. Y ¡Chupulun!, caí al agua.
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Hasta aquí mi participación en este divertido concurso, invito a mis amigas @katleya y @bitacorafuchs a contarnos sus anécdotas. Muchas gracias por leer. Saludos y bendiciones
To remember is to live and when these are funny or pleasant moments, of course they are, and this opportunity given to us by Laughing is free and @lisfabian is too good to pass up to share with you some anecdotes of life.
I must admit that carnival was not one of my favorite festivities because I didn't like to get wet without playing and that was very frequent in the place where I lived, so those days I practically didn't leave the house, because besides water, they could throw eggs, mud and other things at you. However, I do have some memories, which I find funny now.
When I was in sixth grade, they had a contest at school, which by the way was an all-girls public school, to choose the Carnival Queen. My friends in the classroom proposed me as a candidate, but at that time of my life I was very shy and quiet, and I didn't like those things, but I had no choice but to accept. All the candidates made a tour of the classrooms so that the girls could choose the one who would be the queen. Well... I didn't make it, but I was a princess. My mom made me a long dress and I remember it was blue with a gold stripe down the sides. They did my hair in a bun.
The party was held in the school yard and to our surprise they had invited the cadets from the military academy to be our escorts, I think some of the mothers had a son studying there and this was in the Valley, in Caracas, where we lived. You can imagine our faces when we saw those beautiful boys dressed in their dress uniform, we could not believe it. There I took off all the sulkiness I had because I did not feel comfortable with the role of princess and let's go dancing.
In the building where I lived we had some very bochincheros neighbors and in carnival they loved to play with water. Almost all of us participated in this game. The neighbor of the apartment across the street and her children, my mother and her five daughters who lived on the first floor, we would throw water with pots, buckets, whatever, to the neighbors of the apartments above us and they to us. Those hallways and stairs were dripping with water. It was a lot of fun. That's how we spent the whole afternoon of Mardi Gras. But the fun ended when my dad arrived with a few too many beers and found us in the middle of a mess.
We went into the house and my dad started arguing with my mom, because he didn't like that kind of fuss and even less with the neighbors upstairs. My mom tried to calm him down and we were a little scared because of my dad's shouting. He grabbed one of the pots we were using to play with and threw it hard on the floor. I jumped with fright. And my younger sister, I think she was about three or four years old, thought it was funny and went to get a little chair that my grandfather had made for us and gave it to my dad and said: "Daddy, throw this one too! Daddy, throw this one away too! JA JA JA JA, then my dad got over his anger and we all laughed a lot.
When I entered to study at the Faculty of Agronomy of the UCV based in Maracay, I came from Caracas and this was my first semester and my first carnival there. Well, I will tell you that it was a total disaster, the students of higher semesters practically terrorized the other students, especially the new ones, who were called "peluos", because they had the habit of cutting the hair of every new student who entered. Thank God when I entered that custom was forbidden.
There was a fountain near the cafeteria that spent the whole year without water, full of leaves and dirt. The dean of the faculty, just a week before carnival, sent it to be cleaned and filled with water. You can imagine what his intention was, it is not difficult to know. That day I had an exam and as the good and responsible student that I was, I went to the entrance of the classroom to wait for the professor and my classmates to arrive. As the minutes passed, no one arrived and I heard screams that began to make me nervous. Suddenly, I saw a boy running down the hallway with a mob of students behind him. Run, they're going to catch you! he shouted as he passed me. I barely had time to make the attempt. Several of them grabbed me. One of them was called Lefty. He was a boy from the last semester who rode a motorcycle with very long hair and beard, he was the most terrible and he even made the teachers run. Many years later he was my co-worker and we made a nice friendship and he was still the same crazy guy, but with short hair. Well I continue telling you, they took me loaded up to the fountain and they swung me to throw me there, the only thing I could say was not to get my notebooks and my wallet wet. And Chupulun, I fell into the water.
So much for my participation in this fun contest, I invite my friends @katleya and @bitacorafuchs to tell us their anecdotes. Thank you very much for reading. Greetings and blessings
¡Qué ternura! Estarías en las nubes con los cadetes ja,ja,ja
"Allí se me quito toda la enfurruñadera que tenía porque no me sentía cómoda con el papel de princesa y a bailar se ha dicho".
Te casaste con algún uniformado jajahajahajaahj no me lo digas.
Eso es desagradable jhajahaaj eso con los padres qué susto.
Te vi gritando, se pasan. Nunca me ha gustado ese "mójenla, tirela, provoca darle un palazo jahajhaajahj
"Muchos años después fue mi compañero de trabajo e hicimos una bonita amistad y seguía siendo el mismo loco, pero con el pelo corto. Bueno les sigo contando, me llevaron cargada hasta la fuente y me balancearon para tirarme allí, yo lo único que pude decir fue que no me mojaran mis cuadernos y mi cartera. Y ¡Chupulun!, caí al agua".
Hola @lisfabian, tus comentarios son muy graciosos, muchas gracias por leer mis anécdotas jajaja, ese es un recuerdo de una niña de doce años, te imaginas la emoción. No me case con un uniformado luego no me gustaron. Mi papá era un hombre al que amo mucho, pero con un vozarrón que asustaba. Un abrazo y muchas bendiciones.
El mío también, me refiero a la voz de mi padre, parece que le salía del alma. Hoy me mandó un mensaje y su voz está más ronca ja,ja,ja tiene 78 años. ¡Bendiciones! Mi vida es graciosa me metía en cada cosa, pero con ingenuidad. Me asombra estar viva todavía ja,ja,ja. Mi padre hijo de un militar jahjahajah.
Que bendición es tener un padre que esté pendiente de ti, el mio murió hace unos cuantos años. jajaja me imagino que de niña eras tremenda.
Me quedé en el cuento de los cadetes 🤣😅😂😅🤣. Espero no ser la única...
Saludos...
Hola @florecitamejias, me alegra que te haya gustado, la verdad es que es un hermoso recuerdo de una niña de doce años. Un abrazo y bendiciones.
jajajaja, me imagino a todos esos cadetes con el uniforme de gala y la impresión de las niñas, así como diciendo ahora sí se armó la fiesta 😄
@tipu curate 2
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Hola @miriannalis, gracias por tu comentario y tu apoyo. Ciertamente fue una impresión para unas niñas de 12 años, recuerdo muy bien ese momento. Un abrazo y bendiciones
Ame cada cuento. Mi favorito fue el de cuando fuiste princesa en el colegio. Un abrazo gigante