Por mucho tiempo me sentí estancada en un mismo lugar, con una idea clara sobre lo que quería conseguir en mi área profesional, pero sin tener la energía o motivación suficiente para hacer lo que correspondía para llegar hasta allí. Me sentía muy frustrada, además, porque buscaba aprender de aquellos que ya habían conseguido lo que yo quería, intentaba seguir sus pasos y prepararme en todos los sentidos pensando que, si los seguiía, como si se tratase de una especie de mentor o gurú, lograría lo que ellos lograron, sin embargo, no sucedía. Una luz dentro de mi faltaba por encenderse y a veces sentía que todos el esfuerzo, la dedicación y el trabajo duro serían en vano, pues los objetivos se veían cada vez más lejanos.
Empecé a darme cuenta de que no era la única joven con este conflicto interno. Varios conocidos y amigos compartían este sentimiento. En redes sociales veía con frecuencia el vacío y la falta de sentido que generaba el tener identificado lo que se quiere lograr pero no saber cómo o no poder llegar hasta allí. La imagen que se me ocurre es la de una escalera rota. Esa escalera te puede elevar hasta un lugar cercano a tus objetivos, pero no lo suficientemente cerca para sentir que los has alcanzado. Es frustrante.
Después de ver varios videos, leer un par de libros y meditar sobre esta situación, obtuve una respuesta. Sin embargo, no sabía que esa sería mi respuesta, hasta que, un tiempo después de aplicarla, empezaba a ver los resultados. Las excusas se esfumaron, el esfuerzo dejó de sentirse como un trabajo pesado y me concentré en mente, cuerpo y espíritu en mis objetivos. ¿Cuál fue esa respuesta? Encontrar el propósito de mi objetivo.
Sí, ya sé que quieres crear una gran comunidad, ¿para qué quieres hacerlo? Ya sé que quieres lograr correr una maratón, ¿para qué quieres hacerlo? Sé que quieres emprender y desarrollar tu propia empresa, ¿para qué quieres hacerlo?. Esta pregunta podemos hacernosla para diferentes situaciones, en todas las áreas de nuestra vida. Porque sí, seguir una serie de pasos hasta obtener lo que queremos nos hará sentir orgullosos, llenos de satisfacción. Pero tener un propósito asociado a ese objetivo es lo que verdaderamente nos ayudará a sostenernos en el proceso, a ser resilientes, surfear las subidas y bajadas y continuar avanzando.
Cada objetivo tiene un propósito, solo que muchas veces no los hacemos conscientes o no sabemos bien cómo identificarlos. Si tus objetivos no tienen un propósito, quizás no sean tus objetivos sino los de alguien más. Alguien que desea que tú seas, obtengas o logres algo, pero no es un verdadero deseo tuyo. Allí el trabajo no sería el de encontrar un propósito sino sincerarte sobre lo que tú realmente quieres para ti y para tu vida.
Tener un propósito claro me ha ayudado ha trabajar en mis objetivos sin ver tanto para los lados, con la voluntad, el sacrificio y la testadurez que se requiere para lograr todo aquello que de lejos se ve pequeño, pero que crece en la medida en que uno se acerca.
For a long time I felt stuck in the same place, with a clear idea about what I wanted to achieve in my professional area, but without having enough energy or motivation to do what it took to get there. I felt very frustrated, moreover, because I sought to learn from those who had already achieved what I wanted, I tried to follow their steps and prepare myself in every way thinking that, if I followed them, as if it were a kind of mentor or guru, I would achieve what they achieved, however, it did not happen. A light inside me was missing and sometimes I felt that all the effort, dedication and hard work would be in vain, as the goals seemed farther and farther away.
I began to realize that I was not the only young woman with this internal conflict. Several acquaintances and friends shared this feeling. In social networks I often saw the emptiness and lack of meaning generated by having identified what you want to achieve but not knowing how or not being able to get there. The image that comes to mind is that of a broken ladder. That ladder can lift you up to a place close to your goals, but not close enough to feel like you've reached them. It's frustrating.
After watching several videos, reading a couple of books and meditating on this situation, I came up with an answer. However, I didn't know that would be my answer until, some time after applying it, I started to see results. The excuses vanished, the effort stopped feeling like drudgery and I focused mind, body and spirit on my goals. What was that answer? Finding the purpose of my goal.
Yes, I know you want to create a great community, what do you want to do that for? I know you want to run a marathon, what do you want to do that for? I know you want to start and develop your own business, what do you want to do it for? We can ask ourselves this question for different situations, in all areas of our life. Because yes, following a series of steps until we get what we want will make us feel proud, full of satisfaction. But having a purpose associated with that goal is what will truly help us to sustain ourselves in the process, to be resilient, to surf the ups and downs and keep moving forward.
Every goal has a purpose, we just don't often make them conscious or don't know how to identify them. If your goals don't have a purpose, maybe they are not your goals, but someone else's. Someone who wants you to be, to get, to get what you want. Someone who wants you to be, obtain or achieve something, but it is not a true desire of yours. Then the job would not be to find a purpose but to be honest about what you really want for yourself and your life.
Having a clear purpose has helped me to work on my goals without looking so much to the sides, with the will, the sacrifice and the stubbornness that is required to achieve everything that from far away looks small, but that grows as you get closer.
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